Víctor Robles ha dado un giro de 180 grados en su bateo en Nacionales

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PHOENIX – Mientras Víctor Robles descansa debido a la dolencia en la espalda que sufrió el sábado en el partido entre los Nacionales y los Diamondbacks, el jardinero dominicano puede reflexionar sobre su sólido inicio al bate en el 2023, lo cual representa un giro de 180 grados.

A sus 25 años, Robles llegó a los entrenamientos de los capitalinos con varias semanas de trabajo ya hecho durante el invierno con el instructor Carlos Sosa en Miami y continuó su transformación en el plato con el coach de bateo de los Nacionales, Darnell Coles (“DC”, como se le conoce). Al levantar más las manos en su cuadre de bateo, además de abrirse un poco y aterrizar con el pie izquierdo más temprano a la hora de ver los pitcheos, Robles ha sido otro bateador este año.

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“Vengo haciendo ese ajuste desde que estaba en el offseason”, comentó Robles este fin de semana en el Chase Field de Phoenix. “Me he sentido muy cómodo”.

Además de los ajustes técnicos con el cuadre en la caja de bateo, el hecho de ser más selectivo en el plato ha hecho maravillas para los números ofensivos de Robles. El guardabosque batea .292/.388/.360 en sus primeras 107 visitas al plato en esta temporada, con ocho bases robadas en nueve intentos. Su tasa de ponches es del 13.1%, mucho mejor que su cifra de por vida del 23.2%. Al mismo tiempo, su tasa de bases por bolas del 9.4% también es la mejor de su carrera, en la que su porcentaje de por vida es de 6.1.

“Está manteniéndose dentro de la zona de strikes y se está alistando mucho más temprano, dándose más tiempo”, explicó el manager de los Nacionales, el boricua Davey Martínez, sobre lo que ha cambiado en el estilo de bateo de Robles. “Y no está tratando de hacer más de la cuenta, sino que se está manteniendo por el medio del terreno, consiguiendo sus hits por el jardín derecho. Está tratando de mantenerse por encima de la bola.

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“Como bien sabemos, la pelota sale caliente de su bate cuando él hace un buen contacto”, continuó el piloto. “Y este año ha sido bien diferente para él. Creo que el ritmo del juego lo está ayudando tremendamente también. Es más de su estilo. Se embasa, lo cual le permite robar bases y simplemente ser él mismo. Se ha divertido mucho hasta ahora”.

Efectivamente, 10 de los 26 imparables de Robles han sido del lado derecho del terreno, con esa versatilidad acompañando una mayor paciencia y un posicionamiento distinto de las manos.

“Al principio fue un poquito difícil, tú sabes, algo nuevo para mí, para mi cuerpo”, comentó Robles al respecto. “Pero ya en el transcurso del tiempo y siguiéndolo aquí con ‘DC’, me he sentido mucho más cómodo y gracias a Dios, vamos por buen camino”.

Ya era tiempo. Robles, el único jugador de posición que queda en Washington del equipo que conquistó la Serie Mundial del 2019 (junto al zurdo Patrick Corbin), dio de qué hablar en aquella campaña mágica en la capital estadounidense, cuando a sus 21 años brilló sobre todo en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional contra los Cardenales y fue parte íntegra del equipo que se coronó campeón al derrotar a los Astros en el Clásico de Otoño.

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Sin embargo, desde que dio 17 jonrones con 65 empujadas en aquel 2019, Robles bateó .216/.291/.306 (OPS de apenas .597) entre el 2020 y el 2022. Si el oriundo de Santo Domingo quería preservar su condición de jugador a diario en Grandes Ligas, tenía que cambiar algo.

Incluso, cuenta Martínez que desde el inicio de los entrenamientos, hacer los ajustes necesarios era justo lo que tenía Robles en agenda.

“Me dijo, ‘Entiendo quién necesito ser y lo que ustedes han tratado de enseñarme a través de los años’”, reveló el capataz. “Para mí, eso es madurez. Ha madurado bastante. Vino con una actitud muy buena”.

Una actitud de energía y entusiasmo nunca le ha faltado a Robles, desde que subió a las Mayores a finales del 2017 y puso la chispa en su primera ronda de los playoffs de dicho año y también durante toda la temporada de campeón dos años después. Pero ahora, el guardabosque es todo un veterano.

“Me siento bien (de) ver que el trabajo está saliendo a flote y siempre confiando en Dios y en lo que yo puedo hacer”, dijo Robles. “Yo diría que sigo siendo el mismo (en) la mentalidad. No me creo más que nadie; siempre trato de ayudar a los más jóvenes, como me ayudaron a mí en aquel entonces. La mentalidad mía siempre será así, como que es mi primer año. Tratar de dar lo mejor de mí en el terreno y fuera del terreno de juego”.

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