Tony Oliva le rindió honor a su “Cubita” al ser exaltado
COOPERSTOWN, Nueva York -- Después de esperar más de cuatro décadas y media desde su retiro para ser exaltado al Salón de la Fama, Tony Oliva disfrutó de su tiempo en el podio al dar su discurso en el Clark Sports Center de Cooperstown.
La leyenda cubana de los Mellizos le dio las gracias al Comité de los Días Dorados, el grupo de votantes que le dio por fin su pase al museo de los inmortales del béisbol.
“Gracias a todos estos Salón de la Fama que me mantuvieron en la boleta durante 45 maravillosos años”, dijo con una amplia sonrisa Oliva, de 84 años recién cumplidos. “No puedo creer que estoy aquí hoy. Nunca pensé en mi vida que yo iba a estar aquí. Mi sueño era jugar pelota en Cuba, si era posible”.
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Por supuesto, Oliva sí está aquí, junto a su excompañero de los Mellizos Jim Kaat y el dominicano David Ortiz, además del también cubano Orestes “Minnie” Miñoso, Buck O’Neil, Gil Hodges y Bud Fowler de manera póstuma. Con tres títulos de bateo, un promedio de por vida de .304, un premio a Novato del Año de 1964 y ocho Juegos de Estrellas en su haber, Oliva ya tiene su placa en Cooperstown.
“Fui bendecido de poder jugar con los Mellizos de Minnesota, donde el trato con todos es de primera clase”, dijo Oliva, quien en particular les dio las gracias a los expropietarios del equipo, las familias Griffith y Pohlad, además del actual presidente del club, David St. Peter. “He tenido la oportunidad de estar con los Mellizos durante 61 años”.
Oliva también agradeció lo hecho por el scout Joe Cambria, quien llevó a la organización de los Senadores de Washington/Mellizos de Minnesota a muchos jugadores cubanos, que al final formaron una excelente camada de talento en las exitosas ediciones del club de la década de los 60 y principio de los 70.
“Julio Bécquer, Camilo Pascual, Zoilo Versalles, (Orlando) Marty Martínez. Ellos me cuidaron”, dijo Oliva. “Fueron muy buenos conmigo”.
Y por supuesto, Oliva le guardó palabras especiales al recuerdo de Miñoso, un estelar en Cuba con el equipo de Marianao y luego un pionero afro-latino en Grandes Ligas, brillando con los Indios de Cleveland y los Medias Blancas de Chicago.
“Estoy bien orgulloso de poder ingresar al Salón de la Fama hoy junto a Orestes Miñoso”, manifestó Oliva. “Para nosotros, Miñoso era Jackie Robinson”.
Al final de su discurso, Oliva habló en español, con un emotivo mensaje para la afición latinoamericana.
“Estoy mirando muchas banderas cubanas, dominicanas, puertorriqueñas, de todos los lugares”, dijo. “Estoy muy contento de ser cubano. Sé que muchos cubanos están viendo lo que está pasando aquí en Cubita; ellos me apoyaron en Cuba y aquí en los Estados Unidos y en cualquier parte donde estén. Cada momento que pasa, mi mente está en mi Cubita”.