Teixeira completó el “trabuco” de Yankees
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Mark Teixeira estaba listo para integrarse a los Medias Rojas, como respuesta de Boston a un movido invierno de sus rivales Yankees que habían comprometido más de US$243 millones en los agentes libres CC Sabathia y A.J. Burnett.
Teixeira y Boston parecían ser el matrimonio perfecto, una década luego de que los Patirrojos seleccionaran al bateador ambidiestro en la novena ronda del Draft amateur directamente desde la secundaria (aunque el cañonero decidió ir a la universidad, antes de ser elegido por los Rangers tres años después). Luego de una productiva temporada del 2008 que dividió Teixeira entre los Bravos y Angelinos, el primera base estaba listo para pasar el resto de su carrera en el Fenway Park.
Pero... eso nunca pasó. Las conversaciones entre ambas partes se estancaron, lo que llevó al dueño mayoritario del club, John Henry, a anunciar que los Medias Rojas habían salido de la puja por Teixeira. Para sorpresa de pocos, el gerente general de los Yankees, Brian Cashman, había estado vendiéndole la posibilidad a su equipo, alegando que Teixeira era la “pieza que faltaba”, haciendo que el propietario del club, Hal Steinbrenner, aceptara otorgar otro gran contrato.
Never mind that the Yankees already had a first baseman, having traded for Nick Swisher a few months prior. Cashman told Steinbrenner that he would address that, promising to move Xavier Nady’s $6.5 million contract and shift Swisher to right field. Nady sustained a season-ending injury to his right elbow in April, creating an opportunity for Swisher to become a fan favorite.
Teixeira, too, endeared himself to the Bronx crowds. Slotted into the No. 3 spot by manager Joe Girardi, Teixeira’s powerful swing from both sides of the plate offered balance to a stacked lineup, and his Gold Glove-caliber defense provided a noticeable upgrade over what had been provided by predecessor Jason Giambi.
“It felt like home,” Teixeira said. “When I was in Atlanta and L.A., I didn’t know if I was going to be there forever, so I just kind of felt like I was passing through. You sign an eight-year contract, you’re in. Knowing I was going to spend the next eight years at this beautiful new stadium was a great feeling.”
After a slow start in April (Teixeira injured his left wrist during the second game of the regular season at Baltimore’s Camden Yards), Teixeira joined the fun in May, enjoying his most productive month of the regular season by batting .330 with 13 home runs and 34 RBIs.
From May 8 -- when Alex Rodríguez returned to the lineup -- through the end of the season, Teixeira batted .310 with 34 homers and 107 RBIs in 131 games, helping the Yankees go 88-43 over that span. His 43 doubles were the most by a Yanks first baseman since Don Mattingly had 53 in 1986.
“Would I have liked to get off to a better start? Yeah,” Teixeira said. “But then you hit 13 home runs in May and I’m in the best month of my career. Then it’s like, ‘All right, all good.’ The fact that we got off to a bad start as a team was more worrisome for me. I knew I was going to be fine.”
Los Angelinos y Nacionales seguían en las conversaciones en la tarde del 23 de diciembre, cuando el agente Scott Boras se les acercó a los Yankees con una propuesta -- ocho años y US$180 millones, cláusula de no cambio y sin salidas del pacto. Luego de semanas de recibir varios “no” por parte de la organización, Cashman finalmente convenció a la gerencia para que dijera que sí.
“Sabía que si no iba a los Yankees, siempre me preguntaría qué hubiese pasado”, dijo Teixeira en el 2018. “Cuando vas al mejor equipo, el club con más historia, nunca habrá arrepentimientos. Sin ofender al resto de los 29 conjuntos, pero uno nunca dice: ‘Vaya, no puedo creer que nunca jugué con los Rays’”.
Los Yankees ya contaban con un inicialista luego de adquirir a Nick Swisher vía cambio meses atrás. Cashman le dijo a Steinbrenner que resolvería eso, prometiendo mover el contrato de US$6.5 millones de Xavier Nady y pasar a Swisher a la pradera derecha. Nady sufrió una lesión en el codo derecho que acabó con su temporada en abril, lo que le dejó el camino abierto a Swisher.
Teixeira se ganó el cariño de Nueva York. Apoderado del tercer puesto de la alineación, otorgado por el manager Joe Girardi, el poderoso swing de Teixeira desde ambos lados del plato le ofreció balance al lineup, junto a su defensa de Guante de Oro, ofreciendo una mejoría considerable en comparación a su predecesor, Jason Giambi.
“Me sentí en casa”, mencionó Teixeira. “Cuando estuve en Atlanta y Los Ángeles, no sabía si estaría ahí para siempre, así que lo vi como parte del camino. Cuando firmas un contrato de ocho años, es otra cosa. Saber que pasaría las próximas ocho temporadas en este hermoso estadio fue una gran sensación”.
Luego de un comienzo lento en abril (Teixeira se lesionó su muñeca izquierda durante el segundo juego de la temporada regular en el Camden Yards de Baltimore), Teixeira se unió a la diversión en mayo, con su mejor mes de temporada regular, al batear .330 con 13 jonrones y 34 empujadas.
Desde el 8 de mayo – cuando Alex Rodríguez volvió a la alineación -- hasta el final del año, Teixeira bateó .310 con 34 bambinazos y 107 impulsadas, ayudando a los Yankees a tener récord de 88-43 durante ese período. Sus 43 dobletes fueron la mayor cantidad para un inicialista de los Bombarderos desde que Don Mattingly dio 53 en 1986.
“¿Me hubiese gustado tener un mejor inicio? Sí”, dijo Teixeira. “Pero cuando das 13 cuadrangulares en mayo y tienes el mejor mes de tu carrera, dices: ‘Bueno, todo está bien’. El hecho de comenzar mal como equipo me preocupó más. Sabía que yo iba a estar bien”.
Convocado como el inicialista titular para el Juego de Estrellas por la Liga Americana, Teixeira completó la temporada regular con promedios de .292/.383/.565, 39 cuadrangulares y se unió a Babe Ruth (1920) como el segundo jugador en comandar o empatar el liderato de jonrones en la Liga Americana en su primer año como Yankee.
Marcó el camino del Joven Circuito con 122 remolcadas, 31 impulsadas para poner a su equipo arriba y un total de 344 bases alcanzadas. Veinticuatro de su total de bambinazos de ese año fueron en casa, líder en la Mayores.
Habiendo jugado sólo cuatro encuentros de postemporada antes de su llegada a Nueva York, Teixeira dejó un impacto inmediato en el camino de los Yankees hacia su campeonato número 27 de Serie Mundial. Enfrentando al venezolano de los Mellizos, José Mijares, Teixeira empalmó un jonrón de oro en la 11ma entrada del Juego 2 de la Serie Divisional de la Liga Americana – el primero de ese estilo en su carrera y su único hasta que conectó su 409no y último cañonazo en Grandes Ligas en el 2016, un grand slam ante Joe Kelly de los Medias Rojas.
“Todavía me erizo”, dijo Teixeira sobre el jonrón de oro en la SDLA. “Pensé que sería un doble. Si miras el primer pitcheo, estaba tratando sacarla del parque – creo que lo fallé como por tres pies. Tuve que calmarme y pensar: ‘Sí, estás tratando de darle duro a la bola. Quieres elevarla y hacer daño, pero tienes que mirar la pelota’”.
Traído a Nueva York como la pieza final de lo que se esperaba sería un equipo de campeonato, tenía lógica que fuera Teixeira que recibiera el último out de la Serie Mundial del 2009, proveniente del dominicano Robinson Canó, para retirar a Shane Victorino y sellar el Juego 6.
Teixeira guardó la bola en su bolsillo trasero y procedió a celebrar en el terreno. Luego le otorgó la pelota a Steinbrenner.
“Me pude haber retirado ese día y hubiese estado feliz”, confesó Teixeira. “Trabajas toda tu vida y sueñas con la celebración de una Serie Mundial. Hablas con tus compañeros todos los años, sobre cómo sería ganar ese último juego y ser campeones del mundo. Recordando todo, es lo más genial que hice en el béisbol”.