Suben los bonos de Olivares en los Padres
SAN DIEGO -- El jueves por la noche, momentos después de que los Padres anunciaran que habían enviado al dominicano Franchy Cordero a Kansas City, Edward Olivares entró a la caja de bateo en el tercer inning de un juego interescuadras. El prospecto venezolano de 24 años procedió a mandar un slider colgante de Drew Pomeranz a las gradas del bosque izquierdo del Petco Park.
La insinuación estuvo clara: San Diego tenía un puesto en su roster para un guardabosque capaz de patrullar las tres posiciones de los jardines. Y de la nada, Olivares se lo había arrebatado a Cordero.
Desde el punto de vista de los Padres, el surgir de Olivares hizo prescindible a Cordero, por lo que el dominicano fue enviado a Kansas City a cambio del relevista Tim Hill. Posteriormente, el gerente general A.J. Preller y el capataz Jayce Tingler destacaron la oportunidad que el movimiento le brindaría a Olivares.
“He trabajado para esto y ahí es a donde yo quiero llegar, a ser un pelotero de Grandes Ligas de todos los días”, expresó Olivares. “Estoy trabajando día a día para llegar a ese nivel y así poder ayudar a mi equipo. Confío en mis habilidades y sé lo que puedo dar”.
This browser does not support the video element.
Olivares cada vez está más cerca de esa meta. Tanto sus compañeros de equipo como los instructores y la gerencia de los Frailes hablan maravillas de él. Aunque en un momento, sus posibilidades de adueñarse de un puesto en el roster del equipo grande lucían remotas, Olivares se perfila ahora como favorito para un rol en la banca, y quizás funja como titular en algunos compromisos contra lanzadores derechos.
Quizás sean las circunstancias que rodean el ascenso de Olivares que lo hacen tan sorprendente. El béisbol estuvo en pausa durante tres meses y medio debido a una pandemia mundial y, cuando se reanudó la actividad, la primera docena de juegos interescuadras de los Padres fueron tras puertas cerradas.
Para aquellos que están involucrados tras bastidores, el ascenso de Olivares es menos inesperado. El jardinero se destacó con Doble-A Amarillo el año pasado. Incluso se puede argumentar que fue el Jugador Más Valioso de un equipo que se adjudicó el título de la Liga de Texas. Durante los entrenamientos primaverales, Olivares tuvo línea de .389/.421/.722 en 11 juegos. Y desde el momento en que se reportó al Campamento de Verano de San Diego, comenzó a producir con el madero.
Por supuesto, es importante templar el optimismo que ha generado Olivares. Todavía no disputa un partido en Grandes Ligas. Pero si continúa por su trayectoria actual, representaría un golpe maestro para Preller, quien adquirió a Olivares en un cambio con Toronto en enero del 2018.
This browser does not support the video element.
En aquel entonces, el también venezolano Yangervis Solarte era una figura querida en el camerino de los Padres y un utility con un contrato que favorecía al equipo. Pero la novena de San Diego estaba en plena reconstrucción y sabía que el valor de Solarte había alcanzado su punto máximo, por lo que entablaron conversaciones de canje con los Azulejos.
El verano anterior, el cuerpo de coaches de Clase-A Fort Wayne en la finca de los Padres había hablado maravillas con respecto al potencial de Olivares. El escucha Dom Scavone hizo eco de esos halagos. Por lo tanto, San Diego llegó al invierno con Olivares en su lista de deseos y Solarte parecía ser una ficha de cambio razonable.
“Sabíamos que necesitaba pulirse un poco, especialmente en cuanto a la zona de strikes se refiere”, dijo el director de evaluación de talento profesional de los Padres, Pete DeYoung, acerca de Olivares. “Pero nos agradó el paquete de herramientas, el potencial y la trayectoria que había emprendido para ponerse en el radar. Valía la pena el riesgo”.
Olivares, quien había firmado con Toronto por apenas US$1,000, estaba en Venezuela cuando se enteró de que había sido cambiado.
“Las cosas pasan por algo”, manifestó Olivares. “Entonces, de verdad que decidí, ‘Bueno, otro equipo, una nueva oportunidad, hay que aprovecharla’”.
Olivares se desató durante la temporada 2018-19 del béisbol invernal de Venezuela, al producir línea de .340/.404/.479 por los Tigres de Aragua. El año pasado, empalmó 18 jonrones y se robó 35 bases por Amarillo, donde se convirtió en uno de los líderes del equipo.
El próximo paso obvio para Olivares sería ser convocado al equipo grande. Eso podría suceder esta misma semana y el caraqueño está listo.
“Tengo mi confianza extraordinaria”, dijo Olivares. “Como he trabajado mucho, está dando sus resultados. Yo confío en el proceso”.