Sixto con nuevo número, nuevo enfoque
Luego de un ligero retraso en su regreso desde la República Dominicana, el derecho Sixto Sánchez, el mejor prospecto de los Marlins, está de regreso en Jupiter, Florida y ansioso por comenzar a trabajar. Y también lleva un número nuevo en su espalda que siempre deseó: El 45 que utilizaba su ídolo, Pedro Martínez.
“Eso significa mucho”, dijo Sánchez sobre el cambio de número.
Sánchez vistió el Nro. 73 que le entregaron los Marlins la primavera pasada, pero siempre le había puesto la vista a esa 45 reverenciado por tantos jugadores dominicanos. Sánchez, oriundo de San Cristóbal, también tiene un nuevo tatuaje en su pierna derecha, donde se ve el mismo Nro. 45 del tatuaje en su cuello. “Desde que era pequeño, veía lanzar a Pedro. Quiero lograr muchas de las cosas que él logró”, aseguró.
Sánchez, quien sido comparado con el miembro del Salón de la Fama durante años gracias a su estatura y sus herramientas sobre la loma, logró muchas cosas en el 2020. Tuvo efectividad de 3.46 y EFE+ de 129 en siete aperturas durante la ronda regular, incluyendo una de 10 ponches en la segunda salida de su carrera contra los Rays, antes de tirar cinco innings en blanco ante los Cachorros en el Juego 2 de la Serie de Comodines de la Liga Nacional y tomar la bola otra vez en el Juego 3 de la Serie Divisional de la Liga Nacional vs. los Bravos.
Lo que hizo en verano pasado ciertamente elevó el estatus de Sánchez en su país. El joven afirma que el gran recibimiento que se le dio cuando regresó a Dominicana lo tomó por sorpresa.
“No esperaba que tanta gente me recibiera así”, confesó Sánchez. “Hasta se me salieron unas lágrimas. Fue bien especial poder encontrarme en mi pueblo con mi gente”.
El manager de los Marlins, Don Mattingly, no le pudo encontrar muchos puntos negativos a la primera temporada de Sánchez, diciéndoles a los reporteros que el tan promocionado derecho “fue lo que nos dijeron”, con una electrizante recta de casi 100 millas por hora y un cambio que se hunde.
Quizás el único “pero” que se le puede poner fue cómo le fue en sus últimas dos aperturas de la campaña regular ante los Nacionales y Bravos – dos equipos que lo estaban viendo por segunda vez en un lapso de pocas semanas—en las que el diestro permitió un combinado de nueve carreras limpias en siete entradas.
¿Una forma de arreglar el problema? Alentar a Sánchez para que se enfoque en no alejarse de sus muchas fortalezas, de acuerdo con Mattingly.
“El año pasado, pareció como si cambiara de un juego al siguiente en vez de enfocarse en cómo él quería atacar a los rivales”, dijo Mattingly acerca de Sánchez. “Si le brincaban a su recta en el primer partido, quizás se iba con pitcheos lentos la próxima vez y no tiraba tantas rectas, en vez de seguir atacando a los bateadores de la forma en que él quería hacerlo”.
La joya de Sánchez en la postemporada contra los Cachorros podría dar una idea de lo que Mattingly quisiera ver más de su pupilo. Contra un equipo de Chicago que tuvo problemas todo el año ante lanzadores de velocidad élite, el 80% de los envíos de Sánchez fueron bolas rápidas. El joven propinó seis ponches y limitó a los Cachorros a apenas cuatro hits.
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Sánchez ya sabe cuál es el pitcheo en el que quiere enfocarse en esta primavera: La recta alta. Las bolas rápidas de Sánchez (rectas de cuatro y dos costuras) promediaron 97.6 mph en el 2020, la tercera mejor velocidad entre los 160 abridores que tiraron al menos 500 rectas en el 2020. Los rivales se fueron de 17-4 (.235) con siete ponches, según Statcast, cuando Sánchez ubicó ese envío en el tercio superior de la zona de strike o más arriba. Sánchez sabe que ese envío puede ser extremadamente difícil de manejar para los bateadores cuando viene hacia sus hombros y quiere convertirlo en un arma más consistente.
“Es algo que me va a ayudar a conseguir mejores resultados”, dijo Sánchez. “El año pasado, traté de hacerlo muchas veces, pero este año trabajar en este pitcheo será mi principal enfoque”.