¿La mejor jornada de la historia? Ohtani lo hace mientras completa el 50-50
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El problema con el metódico camino de Shohei Ohtani hacia el 50-50 era la aparente inevitabilidad de todo. Todos sabíamos que eventualmente se uniría al club, y muy probablemente lo haría con un amplio margen antes de la conclusión de la temporada regular. El hombre que había hecho que lo extraordinario pareciera rutinario tanto en la loma como al bate en sus días con los Angelinos, había logrado hacer lo mismo con una actuación sin precedentes en el plato en su primera (y con suerte única) temporada como bateador designado a tiempo completo con los Dodgers.
Y luego llegó la tarde del jueves en el loanDepot park de Miami, donde Ohtani no solo alcanzó lo inevitable, sino que lo hizo con la mejor actuación individual para un bateador en la historia de las Grandes Ligas.
Es cierto, se trata de una afirmación bastante atrevida, lo sé.
Pero seamos como Ohtani.
Pensemos en grande.
Antes del 2024, la carrera de este hombre ya había sido impensable. Intentamos compararlo estadísticamente con el legendario Babe Ruth y estilísticamente con los grandes jugadores que lanzaban y bateaban en las Ligas Negras de aquellos tiempos. Pero Ohtani superó desde hace tiempo esos umbrales históricos para crear su propia y única historia en un juego modernizado en el que hacer ambas cosas se vuelve aún más absurdo por la calidad y diversidad de la competencia, los viajes de costa a costa, el escrutinio mediático, etc.
Algunas personas llamaron a Ohtani un “unicornio”. Pero Ohtani era mejor que los unicornios, porque realmente existe.
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La cirugía del codo a la que se sometió el año pasado aseguró que Ohtani no podría lanzar en el 2024. Eso, por supuesto, fue una decepción para el béisbol, pero también una oportunidad para ver qué podría suceder si Ohtani pudiera dedicar completamente su planificación y preparación a un solo trabajo. Sabíamos que tenía poder y que era rápido, pero hubiera sido absurdo esperar lo que hemos presenciado, incluso en el contexto de este entorno de muchos robos de base gracias a los cambios en las reglas de 2023.
Sí, la superestrella de los Bravos, el venezolano Ronald Acuña Jr., creó el club 40-70 en su temporada de JMV de la L.N. hace solo un año, y eso fue un logro absurdo por sí mismo. Pero los bateadores te dirán que la diferencia entre 30 y 40 jonrones es enorme, y de 40 a 50 es del tamaño del Gran Cañón. Cuando Ohtani conectó su 50mo vuelacercas el jueves, se convirtió en el primer jugador en superar los umbrales de 50 jonrones y 50 robos en una campaña. Y antes de la temporada 50-50 de Ohtani, el mayor número de bases robadas en una temporada de 50 cuadrangulares había sido... 24, por Willie Mays en 1955 y Alex Rodríguez en 2007.
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Así que sí, 50-50 es absurdo, especialmente para un hombre que mide 1.93 metros y pesa 95 kilos (nunca nadie de ese tamaño había robado más de 42 bases en una temporada).
Básicamente, Ohtani decidió que, como no podría lanzar este año, podría ser más agresivo en las bases. Y luego salió y se inventó una campaña como ninguna que el mundo de las Grandes Ligas hubiera visto antes.
Estaríamos escribiendo y elogiando eso incluso si Ohtani hubiera logrado unirse al club con un día normal de 2 hits en 4 turnos con cuatro carreras impulsadas.
En vez de eso, Ohtani destrozó a los Marlins en una paliza de 20-4 que nos dejó a todos asombrados.
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Bateando de primero contra el dominicano Edward Cabrera, Ohtani conectó un doble con una línea en el primer inning, luego se robó tercera para su 50ma estafada y anotó con un elevado de sacrificio.
En el segundo inning, pegó un sencillo (¡nada más!), pero impulsó una carrera (¡bravo!). Luego se robó segunda para su Nro. 51 del año.
Enfrentando al relevista zurdo Anthony Veneziano en el tercer inning, Ohtani se presentó al plato con corredores en las esquinas y pegó un doble al jardín central para traer dos. Fue out al intentar avanzar a tercera, el único out que haría en todo el día.
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En el sexto inning, contra el derecho dominicano George Soriano con un corredor en base, Ohtani se puso al borde del 50-50 con su jonrón 49 del 2024, mandando una slider bajita a 438 pies hasta el segundo piso entre el jardín derecho y el central.
Aquellos que corrían para presenciar la historia tenían que moverse rápido, porque Ohtani se presentó al bate en la siguiente entrada y no perdió tiempo en dar el 50 (lo cual, por cierto, también estableció un récord para una temporada en la historia de los Dodgers). Con un corredor en base, el diestro Mike Baumann le lanzó una curva de nudillos baja y afuera, y Ohtani la devolvió hacia la banda contraria para coronar un inning de cinco carreras que puso la pizarra 14-3. Una multitud repleta de fanáticos de los Dodgers estalló en júbilo.
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Eso hizo que Ohtani tuviera 5 hits en 5 turnos, con dos jonrones, cuatro extrabases y dos robos.
¿Cuántos jugadores en la historia de las Grandes Ligas habían dado 5 hits en 5 turnos con dos jonrones, cuatro extrabases y dos robos? Bueno, ninguno, por supuesto.
Pero Ohtani no había terminado, porque esta brutal paliza aún no había concluido.
Los Marlins tuvieron que recurrir a un jugador de posición, el dominicano Vidal Bruján, en el noveno inning, y el sencillo del noveno bate Chris Taylor con dos outs aseguró que Ohtani tuviera una última oportunidad al bate. Y efectivamente, cuando Bruján le lanzó una recta a 68 mph, Ohtani hizo lo que se esperaría con un pitcheo así y conectó otro bambinazo hacia el segundo nivel, esta vez a 440 pies. El club 50-50 ya era noticia vieja; ahora el 51-51 es donde está la acción.
“¡Oh Dios mío!”, exclamó el narrador de los Dodgers, Joe Davis. “¡Shohei Ohtani! ¡El mejor día en la historia del béisbol!”
No estaba equivocado.
En las Grandes Ligas se han visto juegos individuales en los que un jugador ha conectado más cuadrangulares, impulsado más carreras o tenido más hits. Pero la combinación de poder y velocidad fue – al igual que la temporada de Ohtani en su conjunto – sin precedentes. Y puedes elegir cualquier número de formas para ponerlo en contexto:
- Nadie había dado nunca 6 hits en 6 turnos con tres jonrones, cinco extrabases y dos robos.
- Nadie había dado nunca seis hits con tres jonrones y un robo de base.
- Nadie había sumado nunca tres jonrones y dos robos.
- Nadie había sumado nunca 17 bases alcanzadas en un juego en el que no conectó cuatro jonrones.
- Nadie había sumado nunca más de 11 bases alcanzadas en un juego en el que se robó dos o más bases.
- Nadie había tenido nunca un juego de 10 carreras impulsadas con incluso un solo robo de base.
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Con todo el respeto para el ex jugador de los Dodgers, Shawn Green, quien estableció el récord de bases alcanzadas en un solo encuentro con 19 el día que pegó cuatro jonrones en el 2002, lo que Ohtani hizo el jueves fue la mejor actuación ofensiva que hemos visto, probablemente por el mejor jugador jamás visto. Y hacerlo el día que alcanzó el 50-50 y en el que además su equipo aseguró lo que será su tan esperado debut en la postemporada fue – al igual que todo lo relacionado con Ohtani – simplemente increíble.