¡Robó un HR y dio un hit de oro! Sirí dejó a todos boquiabiertos en T.B.

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ST. PETERSBURG – Aún parado en la pista de seguridad, el dominicano Jose Siri se golpeó el pecho tres veces mientras gritaba en dirección a la cueva de los Rays. Entre la segunda y la primera base se había frenado en seco Zack Gelof, quien lanzó el casco con todas sus fuerzas hacia el suelo. Justo frente a la loma estaba Pete Fairbanks, señalando al quisqueyano con el dedo.

Con el juego empatado y un batazo de Gelof que parecía tener las gradas como destino, Sirí y el cubano Randy Arozarena comenzaron a perseguir el batazo, pero fue el dominicano quien saltó para estirarse cuan largo es para robarle un cuadrangular de dos carreras al cañonero de los Atléticos, en la parte alta de la novena entrada.

Luego, no pudo haber sido otro sino Sirí quien se paró en el plato en la parte baja del episodio para sentenciar el compromiso.

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El también dominicano Amed Rosario conectó un doblete para empezar el inning ante el relevista Michael Kelly, y luego Alex Jackson se sacrificó con un toque de bola para mover a Rosario a la antesala. Ante un infield de cinco defensores, Sirí conectó un sencillo de oro hacia la pradera izquierda para definir la victoria de los Rays por 4-3 el miércoles por la noche en el Tropicana Field.

“Increíble. Mira, fue como el final de un cuento”, comentó el abridor de los Rays, Ryan Pepiot. “Hace una atrapada para salvar el partido y luego lo define él mismo”.

El batazo de Galof tenía una distancia proyectada de 402 pies, con una velocidad de salida de 107.7 millas po hora. De acuerdo con Statcast, el cañonazo hubiese sido jonrón en 24 de los 30 estadios de las Mayores. Y parecía que en Tampa Bay también lo sería.

“Una jugada increíble para Sirí”, expresó el manager de los Atléticos, Mark Kotsay.

“Creo que fue bien impresionante”, añadió Sirí. “Estaba bien concentrado. Nunca le quité la vista a la pelota, y eso fue lo que hice”.

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El dominicano confesó que piensa que la jugada fue mejor que el hit de oro, pero eso no significa que no se haya sentido bien con la conexión. De hecho, el dominicano cree que la velocidad de salida del batazo de 97.9 mph fue por debajo de lo que pensó inicialmente.

“Fue como de 3,000”, dijo con una sonrisa.

Fue un gran momento para Sirí, quien ha visto recientemente disminuir su tiempo de juego tras batear apenas .128 en los primeros 14 juegos de este mes. Sin embargo, son pocos los jugadores con la capacidad atlética y la energía para cambiar un partido de un momento para otro, como ocurrió el miércoles.

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