Revive Laureano en Atlanta, en medio de la lucha por los playoffs

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ATLANTA -- Las lesiones han sido un gran enemigo de los Bravos en el 2024, como lo son para cualquier equipo de Grandes Ligas. Además de figuras como Spender Strider, Austin Riley y Ozzie Albies (de vuelta, pero sólo bateando a la derecha), los jardines sufrieron las bajas del venezolano Ronald Acuña Jr. por el resto del año y de Michael Harris II por un buen tiempo.

Antes del regreso de Harris II, Atlanta hizo un cambio por el cubano Jorge Soler y firmó al dominicano Ramón Laureano, dejado en libertad por los Guardianes en mayo, además de firmar y luego dejar libre al puertorriqueño Eddie Rosario.

De ese grupo de refuerzos, Laureano es el que más ha rendido desde que fue subido de Triple-A Gwinnett el 15 de junio. En 62 partidos con los Bravos, el oriundo de Santo Domingo batea .301/.332/.510 (OPS de .842) con nueve jonrones y OPS+ de 131. En particular, ha dado la cara entre agosto y septiembre, con .319/.356/.532 y siete vuelacercas.

“Me siento bien, especialmente ayudando a un equipo a ganar... tú sabes, rumbo a los playoffs”, dijo Laureano, de 30 años y un veterano de partes de siete campañas en Grandes Ligas. “Cada turno importa, cada pitcheo importa. A mí me encanta jugar en esos momentos”.

Son momentos bien importantes en esta última semana de la temporada regular. Y “rumbo a los playoffs” no es nada seguro para los Bravos, que de cara a su serie del fin de semana contra los Reales se encontraban a 1.0 juego de los Diamondbacks y de los Mets por el último Comodín de la Liga Nacional.

En el caso de Laureano, está poniendo en Atlanta sus mejores números desde que conectó 24 cuadrangulares con OPS de .860 por los Atléticos en el 2019, cuando también acaparaba los titulares por sus grandes disparos desde el jardín central. Ahora, el egresado de la universidad Northeastern Oklahoma A&M College anhela su primera postemporada desde el 2020, cuando aún pertenecía al equipo de Oakland.

“En verdad, es una bendición de Dios”, dijo Laureano, quien bateó apenas .143/.265/.229 en 89 visitas al plato con Cleveland este año. “En el momento en que uno estaba en su carrera, en ese momento en que yo estaba, era difícil. Pero Dios tiene su plan y uno lo sigue.

“Si fuera por mí, estuviera siempre en un equipo de siempre ir a los playoffs. Pero últimamente, no se ha dado. Pero gracias a Dios, estamos en esa situación y estamos aprovechándola y dando el todo por el todo. Para eso uno juega, para ganar”.

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