Repasando los muchos recuerdos de los Padres en México
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Saludos desde Ciudad de México, en donde se llevará a cabo la Mexico Series entre los Padres y los Gigantes este fin de semana. Será un evento de gran altura.
La serie de dos encuentros marcará la primera vez que se disputen juegos de temporada regular de Grandes Ligas en la capital mexicana. Sin embargo, los Padres tienen mucha historia jugando en México.
Los cuatro viajes de los Padres a México en la temporada regular representan la mayor cantidad para cualquier equipo de las Mayores. Sus tres previas participaciones en la México Series fueron en Monterrey – incluyendo un momento particularmente memorable en una serie de tres partidos ante los Mets en 1996; el primer encuentro de temporada regular que se disputó fuera de Estados Unidos o Canadá.
“Fue una experiencia genial”, señaló el patrullero central Steve Finley, cuyo jonrón en el primer inning ante Robert Person fue el primer jonrón intencional. “El público fue una locura. Fue sencillamente divertido, una gran atmósfera”.
Los Padres de 1996, en medio de una tensa puja por el liderato del Oeste de la Liga Nacional, llegaron a Monterrey a mediados de agosto igualados con los Dodgers, en la cima por la división.
Claro, los Padres armaron su rotación para que el mexicano Fernando Valenzuela se subiera al montículo para el primer choque. El zurdo saltó al terreno entre coros de “Toro”.
“Muchos silbidos y bengalas. No lancé bien allí”, señaló el derecho Andy Ashby. “Pero fue increíble. Me encantó. Recordamos lo ocurrido en México ahora, y tengo memorias de Fernando abriendo con el público cantando. Además, lanzó genial”.
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Valenzuela compensó a sus seguidores con seis entradas de calidad, mientras los Padres explotaban para tomar una gran ventaja temprano, en la eventual victoria 15-10 en el primer juego internacional. Cayeron 7-3 en el segundo, antes de salir triunfantes del último 8-0.
La Fernandomanía estaba en su máximo esplendor, particularmente aquel viernes. Pero quien generó la mayor cantidad de fuegos artificiales fue Ken Caminiti.
Veintisiete años más tarde, la historia se ha convertido en una leyenda.
Caminiti sufrió una grave intoxicación con comida. Cuando llegó al clubhouse del Estadio de Béisbol Monterrey, no podía mantenerse parado. Los preparadores físicos le pusieron suero intravenoso. El manager Bruce Bochy pensó que su estelar antesalista se quedaría por fuera del juego.
Luego, poco después, Caminiti convenció a su dirigente de dejarlo jugar. Unos minutos más tarde, conectó un jonrón de tres carreras para darle a los Padres una ventaja de 8-0 en el quinto.
Caminiti se voló la cerca dos veces más en la serie, y en total bateó de 10-5 con dos boletos recibidos.
"Si no estaba cubriendo la tercera base, estaba en el suelo del clubhouse recibiendo suero intravenoso)", recordó Wally Joyner. "Hubo rumores acerca de las barras de (chocolate) Snickers, todo eso".
Ah, las barras de Snickers. Esa es la parte de la leyenda que todos parecen recordar. Aparentemente, fue la única cosa que el estómago de Caminiti podía ingerir en ese momento. A pesar del intenso calor y de la intoxicación por alimentos, arrancó todos los tres encuentros, y ayudó a los Padres a llevarse una serie crucial.
"Fue increíble que haya sobrevivido a esa serie", confesó Joyner. "Y no sólo sobrevivió. Disparó [tres] jonrones y jugó una excelente tercera base".
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Trevor Hoffman casi se pierde todo. Había volado de regreso a San Diego para estar junto a su esposa para el nacimiento de su hijo, Brody. Escuchó los primeros dos juegos de la serie en la radio antes de abordar un vuelo a Monterrey la mañana del último partido.
Hoffman llegó justo antes del primer pitcheo, luego se apuntó una novena entrada en blanco para sellar el triunfo de los Fraile.
"Podía escucharlo todo en la radio -- ‘Toro, Toro, Toro’ – podía oír la energía", relató Hoffman. "Habría dado casi todo por ver a Fernando lanzar en su país natal por primera vez. Entonces, me perdí a Fernando, me perdí a Cammy tirado en el suelo recibiendo suero intravenoso y comiendo Snickers. Luego llegué y subí al montículo".
El legendario cerrador se dijo contento de haber estado presente en ese encuentro.
"La energía simplemente era diferente”, aseguró Hoffman. “Ves mucho de eso ahora con el (Clásico Mundial de Béisbol) WBC, ese estruendo extra y el sentido de celebración. Así es como se sentía".
Con la victoria en la serie, los Padres se treparon brevemente a la cima en el Oeste de la Liga Nacional. Ganaron la división en el último día de la temporada.
"Fue una gran experiencia de sumersión, llevar a cabo juegos fuera del país. Nos encantó, y los fans de México quedaron satisfechos".