Pence: Jugar en R.D. fue algo que “cambia la vida”

CLEVELAND – Cuando terminó la temporada del 2018 de Grandes Ligas, Hunter Pence parecía estar rumbo al retiro, o por lo menos al limbo de encontrarse sin contrato y sin mucho interés de parte de los equipos de las Mayores.

A sus 35 años, decidió rehacer su swing con el coach de bateo Doug Latta. Y para practicar su nuevo estilo con el madero, optó por la Liga Dominicana con los Toros del Este durante el invierno del 2018-19. De esa manera, Pence pudo exhibir su renovado swing, mantenerse en forma y reencontrarse con algunos elementos del béisbol que no vivía desde hacía mucho tiempo.

“Fue increíble. Fue una gran experiencia, una experiencia que cambia la vida”, dijo Pence en el marco del Juego de Estrellas 2019 en el Progressive Field.

Efectivamente, el nuevo swing y la nueva dedicación al béisbol le valió un contrato con los Rangers de Texas—equipo que juega en el área de Dallas-Fort Worth, donde nació y se crio Pence—y un rendimiento que resultó en una elección como bateador designado titular de la Liga Americana para el Clásico de Media Temporada.

Tras batear 226/.258/.332 en el 2018, último año de su contrato con los Gigantes de San Francisco, Pence puso .294/.353/.608 (OPS de .962) con 14 dobles, 15 jonrones y 48 empujadas con los Rangers en la primera mitad de esta temporada, antes de resentirse de una lesión de la ingle que impidió que jugara en el Juego de Estrellas.

Definitivamente, los éxitos del 2019 se deben, en parte, a su paso por la Liga Dominicana.

“Un gran motivo por el que estoy sentado aquí ahora mismo es la pelota invernal, la experiencia allí y lo mucho que pude practicar, trabajar y crecer mientras jugaba (en el país)”, dijo Pence, quien cumplió los 36 años en abril.

Los números de Pence con los Toros no fueron abrumadores: .276/.290/.414 en ocho partidos de la ronda regular y .216/.294/.257 en 19 encuentros de la semifinal. Pero el hecho de jugar, poner en práctica el nuevo swing y mantenerse vigente con miras a un nuevo contrato en los Estados Unidos fue crucial. Además, afirma Pence que la experiencia lo hizo crecer como persona.

“Algo positivo fue que no tuve mucha televisión ni internet, así que me sentaba con los compañeros a hablar de béisbol”, contó Pence. “Uno puede aprender muchísimo simplemente hablando y jugando. Me recordó a mis tiempos cuando era nuevo en Grandes Ligas, sin iPads y iPhones. Lo que hacía era compartir con los muchachos y hablar del juego. Había viajes de seis horas en autobús en los que hablábamos de la vida. Así nos unimos y nos conectamos con la vida auténtica.

“Diría que me sentía mucho más vinculado con la naturaleza, porque pasamos mucho tiempo al aire libre. Estuvimos practicando el día entero y hablando de béisbol”.

Hoy en día, es mucho menos común que un jugador de renombre en Grandes Ligas—sea cual sea la etapa de su carrera—juegue en los tradicionales circuitos invernales de América Latina. Pero Pence no lo piensa dos veces a la hora de recomendarlo.

“Claro que sí, sobre todo si uno quiere trabajar en algo específico”, manifestó. “Es una tremenda experiencia en una liga increíble. La pasión por el béisbol en la República Dominicana no tiene igual. La pasé de maravilla”.

Ahora, de vuelta en las Grandes Ligas, Pence se siente más unido a sus compañeros latinoamericanos y, específicamente, los dominicanos.

“Definitivamente, aprendes sobre su cultura y lo diferente que es a la de aquí”, dijo. “Llegas a entender por qué los muchachos son como son. No sólo tienes la oportunidad de empaparte en otra cultura, sino también me siento vinculado a ellos.

“Ya conozco las diferentes ciudades donde juegan los equipos (de la Liga Dominicana), sé a cuáles equipos iban mis compañeros dominicanos y lo apasionados que son como fanáticos. Y me doy cuenta de lo bien pensadas que son esas actitudes. Definitivamente, es un vínculo diferente ahora con la República Dominicana”.

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