Estos pitchers tiraron no-hitter... y perdieron
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Como probablemente saben, no permitir hits es usualmente una buena manera de poner a tu equipo en posición de ganar. Para ser más claros: Se han lanzado más de 300 juegos sin hit ni carrera en la historia de la L.A./L.N., incluyendo joyas combinadas, y el equipo que lanzó el no-hitter salió victorioso en todos esos juegos, salvo apenas dos. En otras palabras, si usted no permite hits en nueve innings, va a ganar más del 99% de las veces.
Pero siempre hay excepciones. El 23 de abril de 1964, Ken Johnson de los Colt .45s de Houston se convirtió en el primer pitcher en lanzar nueve innings sin permitir imparables y perder. De hecho, sigue siendo el único individuo en tirar un no-no oficial (nueve innings) y salir derrotado. También hay un caso de un juego sin hit ni carreras combinado de nueve episodios que resultó en una derrota, además de un trío de encuentros en los que a pesar de ocho actos sin imparables igual el equipo terminó cayendo. (¿Por qué ocho innings? Porque los lanzadores que los tiraron estaban en la ruta y el equipo de casa no tuvo que batear en la baja del noveno. Esos no se consideran oficialmente como no-hitters, pero vamos a contarlos aquí para propósito de este ejercicio).
• Grandes lanzadores que nunca tiraron un no-hitter
La tarde del domingo, los Rojos se convirtieron en el más reciente equipo en esta situación, tras ser derrotados 1-0 ante los Piratas. En honor de este extraño episodio, este es un vistazo a las seis veces que un pitcher o un equipo no permitieron hits en un juego e igual se fueron doblegados.
Hunter Greene y Art Warren, Rojos – 15 de mayo del 2022, en Pittsburgh
Esta casi fue una gesta increíble. Los Rojos llegaron al juego contra los Piratas con una astronómica efectividad de 6.18, la peor de MLB por más de una carrera, y la EFE de Greene tras sus primeras seis salidas en la Gran Carpa era de 7.62.
El novato de 22 años, un cotizado prospecto, ponchó a nueve en sus primeros siete actos. Sorpresivamente, los Rojos lo mandaron de vuelta para el octavo, lo que resultó en sus boletos cuatro y cinco del día. Con Greene ya en 118 pitcheos en 7.1 innings, Cincinnati finalmente llamó a su bullpen. Pero Warren dio otra base por bolas y los Piratas se fueron arriba con un rodado (jugada de selección) de Ke’Bryan Hayes. Eso fue todo lo que hicieron los Piratas, pero ya el daño estaba hecho, y los Rojos cayeron 1-2-3 en la alta del 9no para sellar la extraña derrota.
Jered Weaver y José Arredondo – 28 de junio del 2008, Angelinos visitando a los Dodgers
Weaver fue considerado en alguna ocasión uno de los mejores lanzadores en Grandes Ligas, terminando entre los cinco mejores en la votación para el Premio Cy Young de la Liga Americana durante tres años consecutivos (2010-2012). Pero antes de todo eso, tuvo la apertura más inusual de su carrera.
Weaver había amarrado a los Dodgers sin hits durante cuatro entradas en un juego que seguía sin carreras, hasta que llegó el quinto episodio. Matt Kemp se embasó producto a un error, que cometió el propio Weaver. Con Blake DeWitt bateando, Kemp se robó la intermedia y avanzó a la antesala por un error de tiro. DeWitt conectó un elevado de sacrificio. Y así, de pronto, los Dodgers estaban arriba 1-0 a pesar de no haber conectado imparable. Weaver sacó el inning sin permitir más carreras, pero ya su equipo estaba abajo. Los Angelinos no pudieron pasar de la segunda base durante el resto del partido. La línea final de Weaver fue de seis episodios, una carrera sucia permitida, tres bases por bolas y seis ponches. El dominicano Arredondo salió del bullpen, tiró dos entradas en blanco, no permitió hits y ponchó a tres.
Matt Young, Medias Rojas – 12 de abril de 1992 en Cleveland
Young lanzó ocho innings sin permitir hits, pero no hizo falta que saliera para el último tramo porque los Indios, que estaban en casa, estaban arriba 2-1. ¿Cómo se llegó a ese punto? Bueno, la línea completa de Young fue de ocho entradas sin hits, pero regaló siete pasaportes – permitiendo dos carreras sucias.
La primera rayita fue en la parte baja de la primera. Young dio base por bolas a Kenny Lofton para comenzar el tramo y éste procedió a robarse la segunda base. Luego se estafó la antesala también. El próximo bateador, el puertorriqueño Carlos Baerga, se embasó por error en el tiro de su compatriota Luis Rivera, permitiendo que anotara Lofton para poner arriba a Cleveland. En la parte baja del tercer episodio, Young regaló pasaporte a los primeros dos, Mark Lewis y Lofton. Luego de un roletazo de Hill, quedaron corredores en primera y tercera. Hill se robó la segunda. Con Baerga nuevamente en el plato, anotó Lewis por jugada de selección. Cleveland estaba arriba 2-0.
“Es irrelevante, porque perdimos el juego”, mencionó Young tras el encuentro. “Un no-hitter debe ocurrir cuando ponchas al último bateador y el cátcher viene corriendo hacia ti. Una derrota es una derrota”.
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Andy Hawkins, Yankees – 1ro de julio de 1990 visitando a los Medias Blancas
Luego de 7.2 tramos, Hawkins parecía estar construyendo un no-hitter normal. Había regalado tres boletos, pero tampoco había permitido hits ni carreras ante los Medias Blancas. Claro, su equipo no había anotado tampoco. Pero con dos outs en la octava entrada, la historia cambió dramáticamente.
El jardinero derecho de los Medias Blancas, el dominicano Sammy Sosa, se embasó por error del antesalista de los Yankees, Mike Blowers. Sosa se estafó la intermedia, pero eso no importó, porque Hawkins le regaló boleto al venezolano Ozzie Guillén. También caminó al siguiente bateador Lance Johnson, para llenar las bases. Robin Ventura conectó un elevado que debió haber terminado el inning, pero el patrullero izquierdo Jim Leyritz – quien era novato y principalmente receptor -- dejó caer la bola y anotaron los tres corredores.
Pero no habían terminado de anotar. El puertorriqueño Iván Calderón vino luego, con Ventura en la intermedia. Calderón conectó un elevado hacia el guardabosque derecho Jesse Barfield, quien también dejó caer la pelota. Ventura anotó.
Los Yankees terminaron cayendo 4-0, a pesar de que Hawkins lanzó todo el juego y no permitió hits – ni carreras limpias.
“Todos me felicitaron”, dijo Hawkins, “pero permití cuatro carreras y perdí”.
Steve Barber y Stu Miller, Orioles – 30 de abril de 1967 ante los Tigres
Ésta es una de dos ocasiones en la que un no-hitter de nueve innings resultó en derrota.
La línea de Barber fue de 8.2 IL, 0 H, 2 C, 1 CL, 10 BB, 3 K. Stu Miller enfrentó a los últimos dos bateadores y tampoco permitió hits. Este partido estaba en blanco durante los primeros siete episodios e incluso los Orioles se fueron arriba 1-0 en la parte baja de la octava, con un elevado del venezolano Luis Aparicio, haciendo que el triunfo – y posiblemente el sin hit – se viera factible.
Pero luego Barber caminó a los primeros dos bateadores del inning, Norm Cash y Ray Oyler. Earl Wilson ejecutó un toque de sacrificio para avanzar a Dick Tracewski, quien sustituyó en las bases a Cash. Willie Horton conectó un elevado hacia la intermedia; nadie avanzó. Barber lanzó un wild pitch, permitiéndole a Tracewski anotar y empatar el partido. Stanley recibió base por bolas y Barber fue retirado. Don Wert conectó un roletazo hacia Aparicio en las paradas cortas, pero el intermedista Mark Belanger no pudo asegurar el tiro; Oyler anotó desde la tercera.
Los Orioles salieron a la parte alta de la novena con el no-hitter intacto, pero abajo 2-1. Frank Robinson, Brooks Robinson y Mike Epstein fallaron y los Orioles perdieron.
Ken Johnson, Colt .45s -- 23 de abril de 1964 vs. Rojos
Éste es un caso aparte – el único lanzador en perder un no-hitter de nueve innings.
Jonhson estaba intratable hasta la novena entrada, cuando Pete Rose se embasó por error (y avanzó a la segunda) por un mal tiro del propio Johnson. El siguiente bateador, el cubano Chico Ruiz, conectó un roletazo que avanzó a Rose a la tercera. Vada Pinson conectó otro rodado hacia el intermedista Nellie Fox que pudo haber terminado el inning, pero Fox no leyó bien el batazo y Rose anotó.
La línea final de Johnson fue de 9 IL, 0 H, 1 C, 0 CL, 2 BB, 9 K. “Lancé el mejor juego de mi vida y perdí”, dijo. “Tremenda manera de ingresar a los libros de récords”.