Como GG y jugador de R.D., Cruz lleva un trabuco al Clásico

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PEORIA, Arizona – En julio pasado, después de pensarlo por varios meses, Nelson Cruz finalmente aceptó la oferta para convertirse en el gerente general de la Selección de República Dominicana que disputará el Clásico Mundial de Béisbol 2023. Y no perdió tiempo en empezar a reclutar piezas.

El también dominicano Juan José Soto, entonces compañero de equipo de Cruz en Washington, fue probablemente su primer objetivo.

“Me dijo ahí mismo, ‘Te quiero en el Clásico Mundial de Béisbol’”, contó Soto. “Le dije: ‘Voy con todo’. Le dije que estaba listo”.

En los meses que siguieron, Cruz tuvo docenas de esas conversaciones, llamando a jugadores, agentes y técnicos mientras iba armando el roster y el cuerpo técnico del poderoso combinado dominicano.

Los frutos de ese trabajo se empezarán a ver pronto. Cruz, en el campamento de los Padres a los 42 años de edad, se desempeñará como jugador y gerente de la novena de la República Dominicana cuando comience el torneo el próximo mes.

“Empezamos desde cero”, contó Cruz. “Es mucho trabajo. Pero ya casi terminamos, y ha sido un gran viaje, una gran experiencia. Es algo que, como jugador, no puedes experimentar. Tienes la oportunidad de ver el otro lado del béisbol”.

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El roster que armó cuidadosamente Cruz ahora luce como el de un equipo soñado. Cuenta con sus actuales compañeros de equipo Soto, Manny Machado y Luis García. También con estrellas como Vladimir Guerrero Jr., Rafael Devers y Julio Rodríguez. Con Sandy Alcántara y Cristian Javier en el montículo, R.D. luce como favorito para ganar el torneo.

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Inicialmente, a Cruz le ofrecieron al trabajo de GG en el 2022, pero lo rechazó, explicando: “No estaba listo”. Sin embargo, la edición 2021 del Clásico se pospuso por la pandemia. Cuando el presidente de la federación dominicana, Juan Núñez, lo llamó en enero pasado, Cruz se tomó unos meses para pensarlo. Pero ya en el ocaso de su carrera en las Grandes Ligas, era una oportunidad que Cruz no podía dejar pasar.

“Es una gran responsabilidad”, dijo Cruz. “Como país, eso es lo que amamos. Es parte de nuestra cultura. Está en nuestro ADN. Cada movimiento que haces, todo el país está esperando, viendo lo que está pasando, viendo lo que va a pasar. Definitivamente tienes que estar orgulloso de eso, pero al mismo tiempo trato de ser profesional. Porque yo también soy parte del roster”.

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Cruz todavía no está seguro de cuántos turnos al bate tomará con su selección, donde probablemente servirá en un puesto similar a su rol con los Padres.

“Yo no soy el gerente”, recordó. “Veremos qué pasa. Tenemos muchos bateadores buenos. Estoy allí para ayudar de cualquier forma que pueda”.

No, no es el manager. Pero fue Cruz, después de todo, quien encabezó el proceso de contratación del coach de tercera base de los Rays, Rodney Linares, para que fuese el timonel de los quisqueyanos.

Mientras tanto, está el asunto – nada insignificante – de que Cruz debe prepararse para su temporada con los Padres. Firmó un contrato de un año con San Diego el mes pasado, en busca de ese escurridizo anillo de Serie Mundial que ha estado persiguiendo durante casi dos décadas.

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Los directivos del equipo no están preocupados por la puesta a tono de Cruz, incluso si no ve mucha acción en el Clásico. Después de todo, es un veterano con 18 años de experiencia en las Grandes Ligas. Más que nada, los Padres se han entusiasmado con la dedicación de Cruz a su oficio, ya sea bateando o construyendo el roster.

“Vaya forma de tener dos trabajos” dijo el manager Bob Melvin. “Miren, con su experiencia en el juego, es capaz de manejar ambas cosas. Y ha hecho todo lo que le hemos pedido y hasta más aquí en el campamento”.

Se espera que Cruz sirva como arma desde el lado derecho del plato alternándose como designado con el zurdo Matt Carpenter. Cuando sea parte del lineup abridor, Cruz luce como el mejor bate de los Padres para venir desde la banca, y existe la posibilidad de que también vea tiempo de juego en la primera base.

Con Washington el año pasado, Cruz bateó .234/.313/.337, poniendo su OPS más bajo (.651) desde su segunda temporada en MLB (2006).

Después de la campaña del 2022, Cruz se sometió a una cirugía para tratar una inflamación en el ojo izquierdo que limitaba su visión. La diferencia, dice, “es de la noche al día”.

Los Padres no necesitan que Cruz sea aquel hombre que daba 40 jonrones regularmente durante el apogeo de su carrera. Simplemente lo necesitan para que siga tronando contra lanzadores zurdos. Si su vista repotenciada lo ayuda a repuntar con el madero, es posible que lo empiecen a usar en ciertos turnos contra pitches derechos.

Por los momentos, es una valiosa presencia en el clubhouse de un equipo lleno de jugadores que lo respetan y hasta lo reverencian.

“Todo lo que ha hecho por la República Dominicana, es simplemente increíble”, dijo Soto. “La forma en la que se preocupa por su área, su vecindario y cómo cuida a las personas, es simplemente increíble. Está construyendo hospitales, escuelas, estaciones de bomberos. Es un modelo a seguir”.

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