Músicos y peloteros latinos de MLB: Un lazo innegable
Mucho antes de que Myke Towers se convirtiera en un rapero/compositor multiplatino cuya lista de colaboraciones incluye a artistas de renombre a nivel mundial, él era Michael Torres, un jovencito amante del béisbol quien jugaba las esquinas de los jardines para un equipo de su barrio en Puerto Rico.
Torres era un fan de hueso colorado de los Yankees. Es fácil entender por qué. En ese entonces, compatriotas tales como Jorge Posada, Rubén Sierra y Javier Vázquez vestían el uniforme a rayas y le hacían honor a la isla.
Asistir a un juego en Yankee Stadium era un sueño que parecía inalcanzable para Torres. El Bronx estaba a 2,600 kilómetros de distancia. Sin embargo, en 2004, Major League Baseball llegó a él.
Los Expos de Montreal jugaron una porción de su calendario local del 2004 en Puerto Rico. Una noche de abril, Torres, de apenas 10 años, asistió al Estadio Hiram Bithorn – ubicado a unos 8 kilómetros de su casa en Río Piedras – para ver el juego entre los Expos y los Marlins. No eran los Yankees, pero eso no le importó mucho a Torres. Quedó maravillado con un estadio lleno en San Juan para un juego que tenía como una de sus principales atracciones a un jovencito venezolano de 21 años de nombre Miguel Cabrera.
“Ése es uno de mis mejores recuerdos”, rememoró Towers. “Estuvo de locura”.
Resulta que el 2004 fue un año instrumental para Torres. Pocos meses después de haber asistido a ese partido, el ícono puertorriqueño Daddy Yankee estrenó el tema “Gasolina” – una de las canciones de mas éxito de la escena de la música urbana en las ultimas dos décadas – y detonó su otra pasión: La música.
Michael Torres rápidamente se transformó en Myke Towers. Se dedicó a explotar su talento como letrista, subiendo canciones a SoundCloud durante sus años como adolescente. A la edad de 20 años, se subió al escenario en un club en San Juan en 2013 para su primera presentación. Más temprano este año, Daddy Yankee grabó una nueva versión de “Gasolina” e incluyó a Towers como su colaborador en ese tema.
Towers es ahora una figura del Trap/Hip-Hop latino. Mientras MLB celebra el Mes de la Herencia Hispana, así como el 50mo aniversario del género con Hip Hop 50, la presencia de la música de Towers en todos los clubhouses y canciones de presentación de los bateadores alrededor de la liga es un símbolo de la innegable conexión que existe entre sus estrellas latinas y sus artistas latinos favoritos.
Towers ha sido invitado para hacer el lanzamiento ceremonial de parte de dos equipos de MLB diferentes -- Marlins y Cachorros – en los últimos dos años. En ambas ocasiones, los jugadores se le acercaron para charlar con él y tomarse fotografías, lo opuesto a aquella noche que se sentó en las gradas del Estadio Hiram Bithorn para admirar a los jugadores en el terreno.
“Es como si fuéramos primos”, dijo Towers acerca de su relación con los jugadores. “Creo mucha música de motivación y yo vengo de donde ellos, para cuando ellos la escuchen, la usen para motivarse a sí mismos”.
La lista de músicos cuya niñez se mezcló con el béisbol no se limita a Towers.
Michael Hernández, mejor conocido como Foreign Teck, es un productor dominicano-estadounidense nominado al Grammy cuyo currículum incluye a Bad Bunny, Eladio Carrión, Ozuna y Drake.
Foreign Teck debutó como cantante de música urbana con canciones como “Conexión”, un trabajo que sumó cuarenta y ocho millones de reproducciones en YouTube, que contó con las colaboraciones de los exponentes urbanos Bryant Myers, Justin Quiles, Jay Wheeler y Eladio Carrión, entre otros.
Pero antes de aventurarse en la música – incluso antes de aprender a hablar, literalmente – el béisbol consumió la mayor parte de la vida de Hernandez. Sus primeros “juguetes” cuando era un bebé fueron un bate y una pelota.
“Me lanzaban pelotas para batearlas incluso antes de que pudiera hablar o correr”, recordó Hernández. “Como un jovencito dominicano, el béisbol fue instilado en mí. Me encantaba”.
Nacido en la Ciudad de Nueva York, Hernández vivió los primeros años de su vida en Washington Heights. Naturalmente, era un fan de hueso colorado de los Yankees. Sus padres lo llevaban a ver juegos de los Bombarderos, asistiendo en un par de ocasiones al viejo Yankee Stadium antes de que el nuevo parque abriera sus puertas en 2009.
Hernández jugó béisbol en pequeñas ligas y su sueño era llegar a ser un jugador profesional. Al final, sufrió lo que él describe como una fase del síndrome de desgaste y dejó el deporte para dedicarse a la música.
“Me habría gustado ser un jugador profesional”, confesó Teck. “Hice ese cambio a la música y probablemente fue lo mejor que me ha sucedido. Ahora estoy entrelazándome de nuevo con el béisbol, y me encanta”.
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El legendario artista de hip-hop, Lil Wayne, una vez dijo, “Los atletas quieren ser raperos y los raperos quieren ser atletas”. Esto aplica al béisbol, donde un gran nivel de admiración entre ambas partes es evidente”.
Puedes empezar con el Clásico Mundial de Béisbol de este año. Daddy Yankee fue elegido embajador mundial del torneo, y su canción “Chispa” sirviendo de himno del WBC. Yankee, junto con otros mega artistas puertorriqueños como Eladio Carrión, Anuel AA y Rauw Alejandro, pasó por el clubhouse de Puerto Rico en el loanDepot Park de Miami, interactuando con estrellas como Francisco Lindor y Javier Báez.
“Fue genial”, dijo Lindor. “Estas son personas que admiramos y respetamos. Gente que ha puesto a Puerto Rico en alto. Es genial que podamos tener ese puente de comunicación entre nosotros. Ellos viven la experiencia del béisbol a través de nosotros y nosotros vivimos la experiencia de la música a través de ellos”.
Báez añadió: “Simplemente demuestra que, aunque seamos una isla pequeña, de allí ha salido tanta gente estupenda. Somos todos como una familia”.
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Los latinos han llegado a lo más alto de este deporte. Jugadores como Lindor, Báez, el dominicano Fernando Tatis y el venezolano Ronald Acuña Jr. son superestrellas no sólo por dominar el terreno con su talento supremo, sino también por el estilo con el que lo hacen, algo a lo que Lindor se refiere como “Sabor Latino”.
“Gran parte de lo que aportamos al juego procede de la música”, afirma Lindor. “No sólo artistas de los últimos 15 o 20 años, sino también gente como Héctor Lavoe y todos los que vinieron hace 40 años. Esa gente ha influido no sólo en nosotros, sino también en nuestros padres, que nos transmitieron esa música. Es algo que siempre ha estado en nosotros”.
Los artistas latinos se identifican con ese sabor latino, y por eso hemos visto a jugadores como el venezolano Miguel Rojas y los dominicanos Santiago Espinal y Vladimir Guerrero Jr. aparecer en vídeos musicales como “Súbelo”, de Anuel AA, y “Si salimos”, de Eladio Carrión, en los últimos años.
“Desde Sammy Sosa hasta Alex Rodríguez y ahora con tipos como Tatis, [Juan] Soto, Acuña, los latinos tienen su propia arrogancia jugando al béisbol”, comentó Foreign Teck. “Es algo que se nos ha inculcado desde niños, sobre todo si vienes del Caribe o de Sudamérica o Centroamérica. Los latinos simplemente tienen el poder ahora mismo en el béisbol”.
El estilo de Lindor ha sido objeto de elogios por parte de Bad Bunny. La superestrella internacional lo nombró en “Ronca Freestyle”, que incluye la frase: “Jeter se retiró ahora el que los mata e' Lindor”.
“Me hace sonreír”, dice Lindor al oír su nombre en una canción de Bad Bunny. “También es emotivo, porque al fin y al cabo, sabes que esas canciones nunca morirán. Ese tipo de canciones perdurarán el resto de nuestras vidas. Saber que estamos influyendo en esos artistas e inspirándoles como ellos nos inspiran a nosotros es especial”.
El derecho dominicano de los Atléticos, Luis Medina, se inspira en “Gladiador” de Eladio Carrión como su canción de salida cada vez que sube al montículo en el Coliseo de Oakland.
“La música de Eladio habla mucho de lo que le pasó para estar donde está hoy”, comentó Medina, natural de Nagua (República Dominicana). “Es una canción que, cuando la escucho mientras caliento, me transfiere mucha motivación a mi interior. Me hace sentir de dónde vengo. Lo que siento en ese momento cuando escucho esa canción es algo muy especial”.
La relación entre el béisbol y la música se manifiesta incluso en el ámbito empresarial. Jordan Díaz, tercera base de los Atléticos, está representado por Rimas Sports, propiedad de Bad Bunny, una división de Rimas Entertainment. En conjunto, la lista de clientes de la agencia de gestión va desde Espinal y el mejor prospecto de los Mets, el dominicano Ronny Mauricio, hasta Eladio Carrión y Arcángel.
“Ese vehículo nos ha dado la posibilidad de conocer a esos artistas entre bastidores”, dice Díaz, que también es buen amigo de Manuel Turizo, un popular cantante colombiano de Montería, su ciudad natal. “Hacen muchos sacrificios y no es fácil llegar a la cima. En el béisbol tampoco es fácil llegar a las grandes ligas. Ambos tenemos que aprender a gestionar nuestras emociones mientras actuamos ante un gran público”.
Esa relación entre jugadores y artistas es lo que crea una conexión tan fuerte, que no hace más que crecer a medida que cada uno avanza en su respectiva profesión. Se entienden mutuamente. Se apoyan mutuamente.
“Existe una correlación”, afirma Teck. “Eladio y yo hicimos una canción que se llama 'Air France' y él dice: 'Vladdy dice que yo sueno en to' las cajas de bateo', que viene a decir: 'Vladdy Jr. me dijo que cada vez que va a las cajas de bateo, suena mi música”.
“Hay una cosa indirecta con la música y el deporte. ... A mí me habría encantado ser jugador de béisbol, y he conocido a jugadores a los que les habría encantado ser cantantes o productores. Vivimos indirectamente a través del oficio de los demás”.