Montero aprovecha “segunda vida” con SEA
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El viaje a las Grandes Ligas empezó en una edad muy joven para el dominicano Rafael Montero, relevista de los Marineros de Seattle. Durante el principio de su carrera profesional, el camino cambió drásticamente y le hizo aceptar algo que nunca tenía la intención de hacer.
Aunque la temporada tiene menos de dos meses de acción, Montero se ha establecido como una figura importante en el bullpen de Seattle, con cinco juegos salvados.
Montero describió el bullpen de Seattle como saludable desde el principio de la temporada, una de las características que también puede describir al lanzador cuatro años después de su cirugía Tommy John.
“Siempre me mantuve enfocado en trabajar fuerte,” dijo Montero. “Y siempre tenía la mente positiva de que ese trabajo hoy en día iba a dar buenos resultados,”
Ya con su nueva forma y con su brazo más fuerte que antes, Montero es el lanzador preferido del dirigente de Seattle, Scott Servais, en situaciones de apremio, como en el 11 de mayo cuando entró en la séptima entrada con corredores en la primera y tercera bases y con los Marineros adelante por una carrera contra los Dodgers de Los Ángeles. Justin Turner tuvo la oportunidad para darles la ventaja a los azules, pero un sinker de 95.9 millas por hora de Montero resultó en un ponche.
Sin embargo, su éxito de relevista no era parte del sueño de Montero a sus 20 años. Cuando firmó su contrato con los Mets de Nueva York, quería ser parte de la rotación de abridores.
El dominicano era uno de los mejores prospectos en la organización de Nueva York cuando estaba en ligas menores y rápidamente llegó a las Grandes Ligas. El derecho fue reconocido varias veces como uno de los mejores lanzadores en la organización de los Mets y hubo nominaciones al Juego de Estrellas a nivel de liga menor.
A los 23 años, Montero ya era un miembro de la rotación abridora para los Mets.
Después de abrir 12 juegos de sus 24 presentaciones en las tres primeras temporadas de su carrera, Montero tuvo la oportunidad de abrir más en el 2017. Durante ese año de abridor, sobrepasó su cantidad de aperturas con una efectividad de 5.08 en 95 2/3 entradas lanzadas. Esa campaña estableció lo que Montero quiso hacer con su futuro.
“Al principio cuando estaba en los Mets, fue un poco difícil cuando era abridor, después me mandaron para el bullpen,” dijo Montero. “Pero siempre me mantuve positivo y haciendo el ajuste al paso y bueno, ya gracias a Dios estamos bien,”
Montero empezó los Entrenamientos de la Primavera del 2018 como figura principal de la rotación de los Mets. Pero su futuro con Nueva York no estaba seguro. Los lanzamientos de Montero no eran iguales de efectivos -- en nueve entradas de la pretemporada, permitió 13 carreras (nueve limpias) con seis bases por bolas en siete partidos.
Unos pocos días antes del Día Inaugural, los Mets diagnosticaron a Montero con una lesión del codo que sufrió en su último juego de la primavera que también resultó ser su última presentación con el uniforme de los Mets.
Durante los dos años de rehabilitación, la paciencia era necesaria no solamente de parte de Montero, sino de su familia. En el tiempo que estaba luchando en su camino de regreso a las Grandes Ligas con Rangers de Texas, Montero y su esposa Yasmina estaban esperando su primera hija. El nuevo capítulo de su vida representó una nueva versión de sí mismo como jugador.
“Uno siempre se preocupa porque uno no sabe cómo ha pasado con muchos que la recuperación no es buena, que no regresan saludables para atrás,” Montero dijo. “Pero siempre me mantuve positivo de que el regreso iba a ser positivo,”
Montero confió en dos personas para regresar a Las Mayores: Su hermano Yuberes Montero y su preparador Alfredo Ricardo, o como muchos en la República Dominicana lo conocen -- La Chana.
“Yo aquí [en Seattle] tengo un trainer de Dominicana que siempre he trabajado con él desde el 2015…y él se mantiene aquí conmigo siempre trabajando para mantener la salud,” Montero dijo. “A él y a mi hermano que siempre se mantuvieron a mi lado y siempre dándome buenos consejos. Siempre me mantuve positivo y gracias a Dios pude superar todo eso”.
Su efectividad no está donde él quiere en estos primeros meses de la temporada, pero Montero se ha convertido en un especialista contra los bateadores diestros. El quisqueyano tiene promedio de carreras limpias de 1.60 en 12.1 entradas en ese sentido y la oposición tiene un promedio de bateo en contra de .196.
Aunque ser relevista no era parte de su sueño, ser un lanzador en las Grandes Ligas sí lo era y lo está cumpliendo en un equipo con uno de los mejores futuros de Grandes Ligas.
“Uno se mantiene en el lado positivo todo el tiempo, pero en ese caso [de la lesión], ya uno [mismo] no es quien toma las decisiones,” Montero dijo. “Siempre es Dios el que toma la decisión y es la decisión que se nos presentó y estamos contentos con eso,”