Miguel Cabrera rumbo a los 500 jonrones
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DETROIT -- La música de Bad Bunny empezó a sonar en el primer inning del juego inaugural de la temporada 2021 en Comerica Park. El artista puertorriqueño es el preferido de Miguel Cabrera a la hora de acercarse al plato a batear, por ende, si suena Bad Bunny es señal de que “Miggy” viene a hacer de las suyas.
Jeimer Candelario estaba en la inicial tras dar sencillo luego de un out en la parte baja de esa entrada. Los 32 grados Fahrenheit de temperatura que decía la pizarra no coincidían con la sensación térmica en el terreno a la 1:13 de la tarde cuando cayó el primer pitcheo. Hacía frío, mucho frío, tanto que previo a saltar al terreno varios jugadores de los Tigres, incluyendo Cabrera le habían pedido al Gerente de Clubhouse, Jim Schmeikel, unos guantines especiales para batear en invierno.
El ganador del premio Cy Young en la Liga Americana en 2020, Shane Bieber, estaba en la lomita por los Indios de Cleveland. La nieve había empezado a asomarse en Detroit desde las ceremonias previas al juego y al tocarle el turno a Cabrera una nevada típica de Michigan decía presente.
Bieber tenía al venezolano en cuenta de 1-1. Quizás, confiándose en lo difícil que era ver la pelota en esas condiciones climatológicas, acordó con el receptor Roberto Pérez que una recta en la esquina de afuera era la mejor receta para hacer out al primera base de los Tigres.
Craso error.
Cabrera hizo el ajuste y despachó la recta de 93 millas por hora de Bieber a 101 millas por hora, aterrizando a 365 pies del home sobre la pared del bosque derecho para convertirse en el primer jonrón de toda la temporada 2021, el 350 de Miggy con el uniforme de los Tigres de Detroit y el 488 en la carrera del nativo de Maracay, Venezuela.
Al sonar el batazo, los 8.000 espectadores presentes en Comerica Park estallaron en gritos de alegría, independientemente de que sólo unos pocos afortunados pudieron ver la trayectoria de la pelota a causa de la intensa nevada. Cabrera volaba hacia la segunda para deslizarse y asegurarse el doble, pues tampoco tenía muy claro dónde había caído la pelota. Fue el umpire Will Little quien le dijo que siguiera ya que había sido jonrón, a lo que Cabrera respondió con un “¡ok, gracias!” para luego seguir recorriendo las bases entre los copos de nieve cayendo en una escena poética, pues, el béisbol estaba de vuelta, los fanáticos estaban de regreso en los estadios y Miguel se fue “para la calle”. Nada más que pedir.
Candelario esperó a Cabrera en el plato y tras hacer el saludo interno de ellos dos, le dio un breve abrazo.
Minutos después la nevada desapareció, el sol salió, y aunque la temperatura sólo mejoró un poco, la puesta en escena para Cabrera había cumplido su objetivo.
Sólo faltan 12.