McGriff sobre jugar en R.D.: “Esos tres años impulsaron mi carrera”
COOPERSTOWN, Nueva York -- Como jugador de ligas infantiles en el área de Tampa, Florida—tradicionalmente un importante enclave de calidad beisbolera—Fred McGriff no sólo compitió con figuras de la talla del lanzador Dwight Gooden, entre otros, sino también con jóvenes de ascendencia latinoamericana, sobre todo cubana.
Más adelante, cuando era un prospecto de los Azulejos a mediados de los años 80, McGriff estuvo de lleno en el ambiente latinoamericano, dando sus batazos largos en la Liga Dominicana durante tres inviernos. McGriff, toletero zurdo elegido al Salón de la Fama en diciembre pasado por el Comité de la Era Contemporánea, habló en ese entonces sobre la importancia de jugar pelota invernal. Este mes, de cara a su exaltación del próximo domingo en Cooperstown, el extoletero zurdo volvió a resaltar los beneficios de sus participaciones en el circuito de la Media Isla Hispaniola.
“Sin duda”, dijo McGriff al ponérsele el tema. “Hablo con los jóvenes y no quieren jugar pelota invernal. Dicen, “Ah, sólo voy a la Liga Otoñal de Arizona’. Para mí, la experiencia que tuve (fue algo grande)”.
McGriff jugó de 1984 a 1987 con los Azucareros (Toros) del Este, Leones del Escogido y Caimanes del Sur, justo antes de su primera temporada completa en Grandes Ligas con los Azulejos en aquel 1987. En un total de 155 turnos al bate, McGriff disparó nueve cuadrangulares la República Dominicana, antes de dar los 493 a nivel de Grandes Ligas entre 1987 y el 2004 que lo propulsaron al Salón de la Fama.
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“Agotas unos 200 turnos y puedes trabajar en cosas diferentes”, comentó McGriff. “Para ellos, eso es sus playoffs y lo es todo”.
Aparte de la emoción de siempre de las temporadas invernales en la República Dominicana y otros países beisboleros en América Latina, en aquellos tiempos el talento presente era abrumador, con nombres sonoros dando la cara en una competencia por todo lo alto.
McGriff fue testigo de ello.
“Estuve enfrentándome a los mejores lanzadores”, dijo McGriff, quien ha citado a Mario Melvin Soto y José Rijo, entre otros, como los serpentineros de mayor calidad que vio en la Liga Dominicana. “Era el lugar número 1 en América Latina para pelota invernal. Estuve enfrentándome a un talento bien duro. Cuando volvía a los Estados Unidos e iba a los entrenamientos de primavera, eso me ayudaba tremendamente. Hasta hoy en día, si me topo con un jugador joven, le dijo, ‘Hombre, tienes que ir a Dominicana’”.
Por supuesto, McGriff brillaría más adelante como jonronero y primera base durante un total de 19 campañas en las Mayores con los Azulejos, Padres, Bravos, Rays, Cachorros y Dodgers. Además de los casi 500 cuadrangulares antes mencionados, terminó con slugging de .509, OPS de .886 y OPS+ de 134.
Parte importante de su preparación fue la fuerte prueba en una Liga Dominicana que rebosaba de calidad de nivel de Grandes Ligas.
“Estuve allí tres años y la pasé de maravilla”, dijo McGriff. “Esos tres años me ayudaron tremendamente e impulsaron mi carrera”.