Los Mets, un equipo duro de matar con Lindor y bajo Mendoza

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El partido contra los Azulejos el miércoles en Toronto fue un modelo en miniatura de la temporada de los Mets: Estuvieron abajo -- en este caso sin pegar hit alguno en los primeros ocho capítulos -- y luego, contra todas las probabilidades, se volvieron a levantar y castigaron a los Azulejos con seis carreras en la novena entrada. La reacción comenzó cuando el puertorriqueño Francisco Lindor, el mejor jugador del equipo y candidato a JMV de la Liga Nacional, le dio a un pitcheo de Bowden Francis con la cuenta 0-2 y lo mandó bien lejos sobre la barda de la pradera derecha.

Así la escuadra comandada por Lindor se mantuvo con un juego por encima de los Bravos en la batalla por el tercer Comodín del Viejo Circuito, mientras se acercan a la hora de la verdad en los últimos 16 partidos de la temporada regular: Siete choques con los punteros Filis, con tres contra los Nacionales y tres ante los Bravos entre los enfrentamientos contra Filadelfia. Luego, el conjunto de Queens terminará con tres compromisos contra otro líder divisional, los Cerveceros.

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El camino hacia la postemporada será cuesta arriba para un equipo que ha estado marchando cuesta arriba durante los últimos tres meses y medio. Pero los Mets llegan a lo que esperan sean unos gratos 16 juegos conscientes de algo sobre ellos:

Desde que todo parecía haber tocado fondo el 29 de mayo, una noche cuando cayeron ante los Dodgers por 10-3 y vieron su foja caer a 22-33, han sido el mejor club en todo el béisbol.

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Como lo ven. Desde dicha jornada, su marca es de 58-33, una victoria mejor que los D-backs en el mismo trecho y tres derrotas menos que los Astros y los Padres:

Dodgers: 51-37
Cerveceros: 51-39
Filis: 49-40
Yankees: 47-43

Los Mets, guiados por el deslumbrante desempeño y consistencia de Lindor -- quien pasó a primer bate de la alineación el 18 de mayo y ha jugado la mejor pelota de su carrera desde entonces -- han conseguido todo ese éxito sin su as, Kodai Senga. El derecho volvió de una lesión, lanzó hasta la sexta entrada de su única apertura de la temporada y luego se lesionó una pantorrilla y volvió a la lista de lesionados. Incluso sin el serpentinero japonés, el pitcheo de los Mets se ha visto lo suficientemente bien -- tanto abridores como relevistas -- para tener esta clase de transcurso en sus últimos 81 encuentros.

El dirigente de Nueva York, el venezolano Carlos Mendoza -- quien ya se perfila como uno de los candidatos a Manager del Año en la Nacional, junto con Pat Murphy de los Cerveceros -- me dijo lo siguiente hace unos meses:

“Mi mensaje a nuestro equipo fue que las cosas mejorarán, porque éramos demasiado buenos para que eso no pasara. De alguna manera, mi mensaje no ha cambiado. Les seguí diciendo a nuestros jugadores que debíamos mantener la consistencia, mantenernos positivos. Seguir llegando con una buena mentalidad, todos los días, que prácticamente era lo que les venía diciendo desde los Entrenamientos de Primavera. Les seguí preguntando y que se preguntaran uno al otro, ‘¿Cómo podemos exigirnos más? ¿Cómo podemos seguir fieles a nuestro proceso?’ Ése fue mi enfoque y te aseguro que jamás cambió”.

Se ha puesto gran atención sobre la reunión de sólo jugadores que los Mets realizaron después de dicha derrota contra los Dodgers el 29 de mayo, y cómo el momento ahora luce como si plantaran su bandera. Pero incluso antes de eso, aunque su marca estaba en 22-33 después de que Nueva York había pasado por un trecho con récord de 2-8, fue Mendoza el que mantuvo la unión en el equipo al demostrar cierta clase de calma y confianza en sí mismo y en el equipo que opacó el hecho de que ésta es su primera experiencia como dirigente tras ser el coach de la banca de Aaron Boone en el Yankee Stadium.

Mendoza nunca entró en pánico, pese a que tomaba las riendas de un equipo que terminó con marca de 75-87 el año anterior. Los Mets habían terminado el 2023 con 12 juegos por debajo de.500 y comenzaron el 2024 con 11 juegos por debajo de .500. “Hemos evolucionado”, declaró Lindor después de la victoria de su club por 6-2 contra los Azulejos.

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Lindor comenzó la reacción del jueves con ese cañonazo y luego el venezolano Francisco Álvarez, el joven receptor que había pasado dos meses en la lista de lesionados a comienzos de la temporada, lo coronó con un vuelacercas de tres carreras directo al bosque central. Así la escuadra de Queens evitó un empate con los Bravos por el tercer Comodín de cara a su serie en Filadelfia. Mantuvieron la frente en alto. En una temporada en Nueva York en la que ha surgido bastante drama en torno a los Yankees, principalmente por los altibajos que han enfrentado tras iniciar con foja de 45-19, los Mets llegaron al fin de semana a cuatro victorias de igualar la marca de los Yankees.

Pero su batalla por la clasificación no es con los Yankees. Están luchando con los D-backs, Padres y Bravos. Buscan que los próximos 16 partidos traigan alegrías. Pero el final de la campaña regular concluyó de verdad con el jonrón de Lindor, uno que rompió un no-hitter -- uno que fue el mejor ejemplo de lo que han pasado los Mets este año. Reciben un golpe, pero se levantan inmediatamente. Ahora su estilo es de postemporada.

“Debemos avanzar”, me expresó Mendoza la semana pasada.

Los Mets siguen avanzando. Y ahí vienen.

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