El swing único, casi imposible, de Juan Soto medido en Statcast

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Realmente no necesitábamos métricas avanzadas que se nutren de datos obtenidos por cámaras de alta velocidad para saber que el dominicano Juan Soto ocupa un lugar particularmente elevado en el mundo del bateo, ¿verdad?

Después de todo, han pasado casi cinco años desde que notamos que un entonces adolescente Soto estaba teniendo uno de los comienzos de carrera más increíbles jamás vistos, y lo único que ha hecho desde entonces es seguir ganándose esas comparaciones de que “es el nuevo Ted Williams” que surgen tan a menudo. Incluso ahora, en su campaña de 25 años, todavía está teniendo uno de los mejores 15 inicios de carrera en la historia de las Liga Americana/Nacional hasta esa edad. Suponiendo que se mantenga saludable, prácticamente tiene asegurado un puesto en el Salón de la Fama.

Es por ese conocimiento que a principios de este mes, cuando Statcast publicó todas las nuevas métricas de seguimiento de swings que el mundo del béisbol ha estado disfrutando (ver la tabla de líderes aquí y la explicación aquí), tal vez no esperábamos que hubiera mucho sobre Soto que nos hiciera levantar la mirada y prestar especial atención. Después de todo, ya sabíamos que era un fenómeno. ¿Qué nos enseñaría esto?

La respuesta: Tal vez más de lo que pensábamos. (Nota: todos los números citados a continuación son hasta los juegos del miércoles).

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Primero, aprendimos que Soto tiene una velocidad del bate élite, lo cual no debe de ser sorprendente. Entre los 216 bateadores calificados hasta el jueves, su velocidad promedio de swing de 76.2 millas por hora fue la novena mejor – percentil 96– justo por delante de su compatriota Julio Rodríguez y Gunnar Henderson. “Juan Soto tiene un swing muy veloz”, como se esperaba, ahora está confirmado.

También es élite haciendo un contacto élite con la pelota, lo cual tampoco es sorprendente. Entre esos 216 toleteros, su tasa de contacto del 35.8% es la sexta mejor, o en el percentil 98. (Puedes leer más sobre la tasa de contacto élite aquí; es una expresión de la capacidad de un bateador para convertir la velocidad del swing en velocidad de salida, lo cual sólo puede suceder de manera óptima cuando se le pega a la pelota con la parte gruesa de la maceta del bate).

No es que tenga un swing rápido. No es que le dé bien a la pelota. Es que hace ambas cosas, al mismo tiempo, de una manera que parece casi imposible.

Si quieres, mira a los líderes en tasa de contacto ideal. No es que necesites una velocidad de bate élite para ser un bateador exitoso, porque la presencia de Luis Arráez y Mookie Betts más que confirma eso. Pero casi todos en esta lista tienen una velocidad del swing por debajo del promedio, lo que necesariamente limita el contacto de alta calidad que pueden obtener. Sólo Alec Bohm y el cubano Yandy Díaz, entre este grupo, alcanzan incluso la velocidad promedio. Sólo Soto tiene algo parecido a una velocidad de swing superior.

Ahora, míralo al revés y sólo observa a los líderes en velocidad de swing. Aparte de Soto, sólo Henderson (entre este grupo) está por encima del promedio de las Grandes Ligas del 26% para la tasa de contacto ideal, e incluso él está muy por detrás del 36% en el que está Soto.

Intuitivamente, eso tiene sentido, que los swings rápidos no sean los mejores en hacer contacto élite con la pelota, al menos si alguna vez has visto a un Giancarlo Stanton o a un Kyle Schwarber hacer swing con todas sus fuerzas: son rápidos, pero no siempre precisos. Es difícil hacer ambas cosas. Casi imposible.

Luego está Soto, quien de alguna manera lo logra. Como dijimos, está en el percentil 96 en velocidad de swing y en el percentil 98 en tasa de contacto ideal. Si comparas eso con extremos como Arráez (percentil 1 en velocidad de swing / percentil 100 en tasa de contacto ideal) o Schwarber (percentil 99 en velocidad de swing / percentil 17 en tasa de contacto ideal), empezarás a ver qué combinación tan única es ésta.

De hecho, es aun más impresionante que eso.

Soto es el único bateador en el percentil 90 o mejor en ambas métricas.

Soto es uno de sólo dos bateadores en el percentil 90 o mejor en velocidad del swing que también está en el percentil 70 o mejor en tasa de contacto ideal (Ohtani).

Es uno de sólo dos bateadores en el percentil 90 o mejor en tasa de contacto ideal que también está en el percentil 60 o mejor en velocidad del swing (Díaz).

Quizás sea más notable cuando trazas las dos métricas una contra la otra y miras las cuatro esquinas.

No tienes muchos nombres en la esquina inferior izquierda, porque los bateadores con swings lentos que no pueden darle a la pelota con la maceta tienden a no quedarse en las Grandes Ligas. Puedes ser un tipo de toletero productivo en la esquina superior izquierda (la zona de swings lentos y excelente control del bate de Arráez / Brice Turang), y puedes ser otro tipo de bateador productivo en la esquina inferior derecha (el reino de Stanton o Schwarber con sus swings rápidos e imprecisos).

Pero estar en la esquina superior derecha, los swings rápidos que tienen una alta tasa de contacto ideal, ésa es el área realmente especial. Ahí es donde viven Shohei Ohtani, el venezolano William Contreras, Henderson y Bobby Witt Jr. Mira lo lejos que está Soto de esos muchachos, ahí solo en su propio territorio.

Una vez más: Ya sabías que Soto era una superestrella generacional. Pero tal vez haya una diferencia entre saber que sus resultados son fantásticos, y poder decir cosas como “le pega a la pelota con la precisión de Steven Kwan, sólo que lo hace con un swing 12 mph más rápido”. (Según las matemáticas, cada mph de velocidad en el swing en bolas golpeadas con fuerza hacia el aire gana aproximadamente seis pies de distancia. ¿Imaginas a Kwan con 72 pies más de distancia en sus batazos?)

Piensa en Kwan, si pudiera hacer swing con más fuerza sin perder dominio y control del bate. No tienes que imaginarlo. Ése es Soto.

De hecho, podemos hacer algo mejor que nuestra imaginación. Podemos mostrártelo.

El 16 de abril, Kwan dio un elevado hacia el jardín derecho en Boston. Vio una recta cortada a 86 mph, adentro, y el swing que hizo fue lo suficientemente eficiente como para darle al 92% de la bola, en cuanto a hacer contacto ideal se refiere. Es decir, darle con la pura maceta del bate. También la bateó hacia arriba, con un ángulo de despegue de 20 grados, y la envió hacia el jardín derecho.

Hizo todo eso con un swing de 67.5 mph, muy por debajo del promedio de las Grandes Ligas de 72 mph. La bola recorrió 369 pies y el jardinero venezolano Wilyer Abreu pudo atraparla fácilmente para un out.

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El 18 de mayo, Soto entró a la caja de bateo en Nueva York y le tiraron una recta adentro a 90 mph, casi en el mismo lugar que aquel que le habían hecho a Kwan. También hizo un 92% de contacto ideal y la conexión tuvo un ángulo de despegue similar (22 grados), y la dirección fue extremadamente similar a la que tomó el batazo de Kwan.

Éstas son circunstancias similares. La principal diferencia aquí fue que la velocidad del swing de Soto fue de 80.8 mph, o más de una docena de millas más rápido que el de Kwan.

Eso le ayudó a agregar 17 mph adicionales de velocidad de salida (110.2 en comparación con 93.6), y los 437 pies de distancia proyectada son 68 pies más que los del batazo de Kwan, lo que resultó en un majestuoso jonrón. (Sí, el jardín derecho en el Bronx es muy diferente al del Fenway, y Kwan podría haber dado en realidad un cuadrangular en el Yankee Stadium. Pero no, eso no cambia la gran diferencia que hay en distancia).

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Ahora lo estamos viendo prácticamente a diario. El miércoles, cuando Soto conectó dos vuelacercas contra Seattle, ambos fueron batazos con contacto ideal (94% y 91%, respectivamente, cada uno por encima del umbral del 80% en el que se considera que se le dio a la bola ‘con la maceta’), y ambos fueron con swings rápidos (76.5 mph y 78.8 mph, respectivamente, cada uno por encima del umbral de 'swing rápido' de 75 mph). Esto hace que todo suene tan fácil. Pero es extremadamente difícil.

“Mi swing es… trato de estar encima de la bola. Trato de estar encima de la pelota y estar a tiempo”, le dijo Soto a David Adler de MLB.com a principios de este mes. “Ésa es mi mentalidad principal. Así lo describo: Un swing que será rápido y largo en la zona de strike. Rápido, largo en la zona de strike y encima de la bola. Ésas son mis cosas principales”.

Mientras que la mayoría de los bateadores necesita bajar un poco la velocidad del swing para poder pegarle la pelota con la maceta, o la cuadran porque no pueden hacer swing más rápido, Soto hace ambas cosas. Ya sabíamos que era grandioso, históricamente hablando. Estamos empezando a aprender un poco más sobre qué es lo que exactamente hace que sea así.

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