José Devers, la llegada del futuro de Miami
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Descansando en su casa en la República Dominicana, José Devers recibió la llamada. Le informaron que había sido cambiado de equipo. Llegaría a Miami como parte del paquete con el que los Yankees adquirieron al recién coronado Jugador Más Valioso de la Liga Nacional del 2017, Giancarlo Stanton.
Ahora, cuatro años más tarde, el dominicano se ha convertido en uno de los prospectos más importantes de la organización, logrando ascender por las fincas de los Marlins hasta llegar a ser el octavo mejor, según MLB Pipeline.
Devers despegó en el 2019, cuando bateó .322/.391/.390 en tres niveles, llegando hasta Clase-A Fuerte. Sin embargo, fue en el 2020 cuando comenzó a levantar miradas de las oficinas de los Marlins con lo hecho en la sede alterna ante una competencia mayor.
“Fue un poco difícil”, confesó Devers sobre el impacto de la pandemia en el 2020. “Todo cambió 180 grados, pero lo bueno es que me pude adaptar y aprender de ese tiempo que pasé con los ligamayoristas. Ése fue mi mayor logro: Aprender mucho de ellos. Eso que aprendí en el 2020 me ha ayudado ahora. Me fortaleció mucho mentalmente”.
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Desde la llegada del nuevo grupo de propietarios del equipo en el 2017--del que forma parte el ex ligamayorista de los Yankees, Derek Jeter--los Marlins se han enfocado en fortalecer sus fincas, las cuales fueron evaluadas como las cuartas mejores de Grandes Ligas antes del inicio de esta temporada por MLB Pipeline. Dentro de ellas, quien posee el mejor contacto de “bate y pelota” es Devers.
“Me siento bien por eso”, expresó el campocorto por la descripción de su juego ofensivo, “Pero sigo trabajando, porque siempre tenemos algo que mejorar. Pero la verdad me sentí bien [al ver el reporte]. Saber que soy parte de una reconstrucción me hace sentir mejor. Eso me inspira más a trabajar”.
En sus primeros juegos en Grandes Ligas ha dado algunos destellos de ese contacto, pese a batear .227/.280/.553 en sus primeros 13 juegos en las Mayores. Sólo ha negociado un boleto en ese período, aspecto que Devers ha estado intentando mejorar en los últimos meses, con la intención de elevar su porcentaje de embasarse. Ese mismo reporte de MLB Pipeline, que alaba su capacidad de contacto, señala su deficiencia con la paciencia en el plato, producto a la extrema confianza que tiene con su swing, que lo hace estar siempre en búsqueda del batazo.
En su carrera de 196 encuentros en las menores, el oriundo de Samaná ha recibido apenas 49 pasaportes en 738 turnos. En el 2021, en apenas nueve juegos con Triple-A Jacksonville, Devers negoció recibió un solo boleto.
“He trabajado mucho en las bases por bolas, porque siento que puedo darle a un pitcheo malo, siempre estoy buscando el swing”, señala Devers. “He trabajo en centrarme más en la zona de strikes. Necesito llegar más a las bases. Si le doy a la bola, puede ser out, pero si recibo una cuarta mala, estoy en base. Ése es mi énfasis, no usar tanto mi fortaleza, sino tratar de dejar pasar los pitcheos malos”.
Desde su llegada a los Marlins, Devers no ha hecho otra cosa sino ascender dentro de las fincas de Miami. En la primera lista publicada por MLB Pipeline desde su llegada al equipo, el dominicano no aparecía entre las mejores 30 promesas del club. En el 2018, saltó al 14to lugar, en el 2019 al décimo y en el 2020 cayó al 13ro, pese a sólo ver acción en la sede alterna, hasta finalmente llegar al octavo lugar entre los mejores prospectos de los Marlins.
Ahora Devers, de 21 años, mira lo mucho que ha crecido desde que fue parte de una de las transacciones más comentadas del momento.
“He mejorado cada aspecto del juego, pero yo diría que lo máximo ha sido mi físico”, comentó. “Pesaba 154 libras cuando llegué al equipo. Sabía que tenía que mejorar eso. Necesitaba fortalecer mi cuerpo. Ésa fue mi meta desde que llegué, aumentar libras y músculo”.
Todo ese trabajo rindió sus frutos el 22 de abril de este año. Estando Devers listo para comenzar la temporada de ligas menores, el manager de Triple-A lo llamó a su oficina para informarle que había sido llamado por el equipo grande. Finalmente haría su debut en Grandes Ligas. La emoción de Devers fue tal que llegó a dudar de su capacidad para entender inglés.
“Me lo dijo en inglés. Yo entendí, pero yo no me lo creía. Había entendido perfectamente lo que acababa de decir. Es por lo que todos luchamos, para que ese día se haga realidad. Muy agradecido con Dios, con la organización y con mi trabajo”.
Dos días después, debutó Devers en el Oracle Park de San Francisco, como séptimo bate e intermedista. Tuvo una noche complicada al bate, yéndose de 3-0 con tres ponches. Cinco veces al bate y ocho días después, llegó su primer hit, cuando conectó un imparable dentro del cuadro ante Max Scherzer.
Su primera experiencia en las Mayores terminó con promedios de .167/.154/.167, con dos inatrapables en 12 turnos, antes de que los Marlins decidieran bajarlo a Triple-A para que trabajara en su bateo.
El club volvió a ascenderlo el 23 de mayo. Desde entonces, ha bateado .300/.417/.400 --- incluyendo una serie en Boston, donde enfrentó a su primo y antesalista de los Medias Rojas, Rafael Devers, con quien ha estado en contacto a lo largo de toda su trayectoria como jugador
“Es una gran persona”, expresó José. “Soy como su [hermano] menor. Siempre me dice cómo son las cosas. Me ayuda en lo que necesite. Ha sido de gran ayuda para mí”.
Pese a compartir la parte izquierda del cuadro con su primo, el más joven de los Devers ha defendido las paradas cortas durante la mayor parte de su carrera (José ha participado en siete encuentros en la intermedia, debido a la presencia del venezolano Miguel Rojas), teniendo a varias figuras como guía. Una de ellas es su jefe, Derek Jeter.
“Yo juego para el mejor campocorto de la historia. Al principio pensaba: ‘¿Qué debo hacer para que él crea que yo puedo jugar en esa posición?’, pero después decidí jugar mi pelota, soltarme y confiar que Dios mediante, las cosas saldrían bien”
Otro que Devers intenta emular es al Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana del 2015 y ganador de un Guante de Oro de ese mismo año, el venezolano Alcides Escobar. Una vez se retiraron sus ídolos de la infancia, su objetivo se fijó en el para entonces campocorto de los Reales.
“Me comenzó a llamar mucho la atención Alcides Escobar”, confesó Devers. “Por un momento sentí que necesitaba ser como él defensivamente. Vi muchos videos sobre la coordinación de su cuerpo. Cuando tenía 15, 16, 17 años, ése era mi pelotero a seguir”
Con su llegada a Grandes Ligas, Devers se ha unido a jugadores como los dominicanos Sandy Alcántara y Sixto Sánchez, el bahameño Jazz Chisholm, el puertorriqueño Isán Díaz, Trevor Rogers y otros que representan los frutos de la reconstrucción orquestada por Jeter desde su llegada en el 2017, producto a, entre otros, cambiar a Christian Yelich, al quisqueyano Marcell Ozuna y a Stanton.
Pero la llegada del paracorto de 21 años, quien encabeza la siguiente generación en la que están también JJ Bleday, Max Meyer y los dominicanos Jesús Sánchez, Lewin Díaz y Edward Cabrera, parece representar la culminación del proceso. Devers augura un futuro brillante para Miami.
“Siento que el grupo de prospectos que está en ligas menores va a ser muy bueno. Como decimos en Dominicana: ‘Vamos a dar mucha agua de beber’. Tenemos muchos peloteros buenos para cada posición”.