Johan Santana cambió la historia de Mellizos
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MINNEAPOLIS – El venezolano Johan Santana todavía recuerda el día en el que llegó a la Florida para sus primeros entrenamientos con los Mellizos de Minnesota. Nunca olvidará que Terry Ryan y Bill Smith – el gerente general y gerente general asistente de su nuevo equipo, respectivamente – fueron a buscarlo personalmente al Aeropuerto Internacional Southwest Florida.
El joven de 20 años salió del edificio con una sola maleta – y ningún bolso adicional con sus implementos de béisbol – porque su agente se había ocupado de mandar todo por adelantado al clubhouse. Santana todavía recuerda que sus nuevos jefes quedaron un poco confundidos al verlo y todavía bromean cuando hablan de aquel inicio de su carrera con los Mellizos.
“Lo único que tenía eran mis zapatos y mi guante en la maleta”, recordó Santana entre risas. “Todo lo demás ya debía de estar en el clubhouse. Me acuerdo de eso, porque siempre que nos vemos lo mencionamos, [ellos diciendo], ‘Dios mío, ¿en qué nos hemos involucrado?’”
De hecho, lo que comenzó aquel día fue el inicio de una de las carreras de más impacto en la historia de los Mellizos, aunque para aquel entonces nadie hubiese podido imaginar tal cosa.
Aquel viaje empezó exactamente hace 22 años, el 13 de diciembre de 1999, cuando Santana fue reclamado por Minnesota en el Draft de la Regla 5.
“Yo no siquiera sabía qué era eso”, reconoció Santana sobre el citado proceso.
Hoy en día, el Draft de la Regla 5 marca el cierre oficial de las Reuniones Invernales que se realizan cada año, con mesones llenos de directivos de cada equipo rodeados por enjambres de periodistas, otros ejecutivos y coaches y managers con sus maletas ya empacadas, todos despidiéndose antes de subirse a los aviones que los llevarán de vuelta a sus hogares. Mientras tanto, jugadores que no fueron incluidos en los rosters de 40 (y los rosters de reserva de ligas menores) son anunciados a un ritmo frenético.
Luego de terminar la temporada 1999 con el peor récord de las Grandes Ligas, 63-97, los Mellizos tenían la primera selección de aquel draft. Los Marlins de la Florida elegirían de segundos y estaban decididos a seleccionar al relevista derecho Jared Camp, quien había registrado efectividad de 2.81 entre tres niveles de la organización de Cleveland.
Pero en la directiva de Minnesota, un par de scouts de la Liga del Medio Oeste habían identificado a un zurdo joven lanzando en Clase-A con la organización de los Astros y pensaban que el muchacho podía convertirse en un abridor a nivel de Grandes Ligas.
“Yo siempre me acuerdo de(l puertorriqueño) José Marzán y Billy Milos, que fueron los que al final se arriesgaron y dijeron, ‘Miren, este muchacho es muy bueno. Deberíamos considerar la posibilidad de seleccionarlo’”, comentó Ryan. “Y tenían razón”.
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Sin saber todo eso, los Marlins estaban preocupados, pensando que los Mellizos también podían tener en la mira a Camp y se comunicaron con Ryan para ofrecerle un cambio de puestos a la hora de seleccionar, para asegurarse de quedarse con el derecho. De esa forma, los Mellizos eligieron a Camp con la primera selección y los Marlins a Santana en el puesto 2. Luego, los canjearon uno por otro, con los Marlins enviando además US$50,000 a Minnesota. Así, ambos equipos terminaron con el prospecto que siempre habían querido.
Mientras tanto, Santana estaba en Venezuela jugando con los Navegantes del Magallanes bajo el mando del manager Phil Regan, quien le había dicho que había una posibilidad de que la temporada siguiente la pasara en las Grandes Ligas… con los Mellizos de Minnesota. El agente de Santana, Peter Greenberg, llamó primero al joven para decirle que había sido seleccionado por los Marlins, pero que estuviera atento, porque aparentemente se estaba completando un cambio a los Mellizos.
“Yo lo que dije fue, ‘Phil tenía razón cuando me dijo que iba a jugar en las Grandes Ligas con Minnesota’”, expresó Santana. “Eso para mí era un sueño; no podía creerlo. Así pasó todo. Treinta minutos después, me llamó Peter a decirme, ‘Johan, felicitaciones otra vez. Ahora es oficial, vas a ser un Mellizo de Minnesota el próximo año”.
De acuerdo con Ryan, el movimiento que llevó a Santana a Minnesota fue un ejemplo claro de un exitoso proceso de evaluación por parte de Marzán y Milos. Los Astros no habían protegido a Santana, a diferencia de otros prospectos como Roy Oswalt y Tim Redding, luego de que el venezolano tuviera EFE de 4.66 en Clase-A. Aquella decisión generó fuertes protestas de su propio scout, Andrés Reiner, quien había firmado en un principio a Santana en Venezuela.
“No creerían todo lo que peleé para que lo pusieran en el roster”, le dijo Reiner al New York Times en el 2008, antes de su muerte en el 2016. “Pero yo era una sola voz entre muchas otras”.
“Él le dijo a los Astros que estaban cometiendo un gran error al dejarme ir”, siguió recordando Santana. “Quería que regresara a los Astros. Incluso después de que llegué a Minnesota, cuando llegué aquí a Fort Myers, me llamaba para preguntarme cómo estaba. Siempre se aseguraba de que estuviese bien y me decía que iban hacer lo posible por traerme de vuelta. Pero eso nunca pasó”.
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Aunque dar el salto de Clase-A a la Gran Carpa en una nueva organización podía parecer intimidante, Santana estaba feliz al ver que su sueño de llegar a las Grandes Ligas se estaba volviendo realidad. Sabía que quería quedarse en Minnesota y triunfar en las Ciudades Gemelas.
Fue de muchísima ayuda que dos de sus nuevos compañeros de equipo en los Mellizos, LaTroy Hawkins y Doug Mientkiewicz, habían jugado ese año con él en el Magallanes. Rápidamente se hicieron amigos cercanos y Hawkins siempre estuvo ahí apoyando a Santana en cada paso del camino, como mentor y amigo.
“La pregunta más importante que uno tiene es, ‘¿Me van a recibir bien o no?’”, confesó Santana. “Con Dougie y LaTroy ahí, todo el equipo, me hicieron sentir bienvenido desde el primer día. LaTroy me estaba esperando y luego conoces a gente como (los dominicanos) David Ortiz y Cristian Guzmán, que también te hacen sentir en casa de una misma vez”.
Típicamente, Santana hubiese sido una selección arriesgada, tratándose de un muchacho de 20 años que venía de Clase-A. Cualquier jugador elegido en el Draft de la Regla 5 debe permanecer en el roster del equipo grande toda la temporada o ser ofrecido de vuelta a su club original.
Pero para aquellos Mellizos, los resultados inmediatos no eran la principal preocupación. Y rápidamente durante los entrenamientos, a Ryan y al manager Tom Kelly les quedó claro que tenían en sus manos a un atleta de primer nivel a una pieza importante del futuro del equipo. Eran las circunstancias correctas. No había forma de que lo dejasen ir.
“No fue muy difícil (mantenerlo en las Mayores), porque creo que todos nosotros, una vez que nos organizamos y lo vimos lo suficiente, estuvimos de acuerdo en que tenía posibilidades de convertirse en un gran lanzador”, explicó Ryan. “Podíamos hacer que aquello funcionase y lograr que completara ese primer año… No fue muy difícil. Sabíamos que era alguien que queríamos en el equipo”.
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Los Mellizos vieron como Santana tuvo promedio de carreras limpias de 6.49 viniendo desde el bullpen en el 2000. Lo utilizaron como relevista largo y abridor ocasional durante partes de dos campañas y lo mandaron a Triple-A durante un trecho del 2002 para que trabajara en su famoso cambio y pudiese poner su brazo a tono para ser abridor. Tras regresar, se convirtió rápidamente en el as incuestionable de Minnesota y uno de los mejores serpentineros de las Mayores.
Santana, por supuesto, ganó el Premio Cy Young de la Liga Americana en el 2004 y el 2006, llevándose también la Triple Corona de pitcheo ese segundo año. El merideño y el núcleo que lo rodeaba le dieron cuatro títulos divisionales a Minnesota en cinco temporadas: 2002, 2003, 2004 y 2006. Será recordado no sólo como la mejor decisión que han tomado los Mellizos en el Draft de la Regla 5, sino una de las mejores selecciones de la historia.
“Yo siempre les aconsejo esto a los muchachos jóvenes: ‘Cualquier cosa que hagas, hazlo lo mejor que puedes, porque no sabes quién te puede estar viendo’”, dijo Santana.
Tiene razón. Un par de scouts de los Mellizos lo habían estado siguiendo de cerca y aquello cambió la historia del béisbol en Minnesota.
“Toda la organización y el grupo de jugadores que teníamos, no sólo fuimos capaces de ganar esas divisiones, sino de mantener a los Mellizos en Minnesota”, apuntó Santana. “Ustedes recuerdan que estaban hablando de sacar a un par de equipos, moverlos, y nosotros éramos uno de ellos.
“En aquel entonces, estábamos rezando que pasara algo bueno para la organización”, dijo Ryan. “Si conoces la historia, era la época en la que estaban hablando de contracción. Él fue una de las piezas que ayudaron a darle un giro a la organización, una pieza bien grande. Cada club de béisbol busca a un abridor número uno. Él era un abridor número uno”.