Javier Báez, celebrado por siempre en el Wrigley como campeón
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CHICAGO – Cuando el puertorriqueño Javier Báez se paró en el plato del Wrigley Field el martes por la noche, el público presente se puso de pie y le ofreció al exestelar jugador de Chicago una ovación que fue incrementando con el pasar de los segundos. El campocorto de los Tigres levantó su casco mientras se comenzaba a escuchar un cántico familiar.
Como en los viejos tiempos, el público empezó a corear su nombre: “¡Javy, Javy, Javy!”.
“Ellos saben que yo jugué para los fans”.
La serie de esta semana entre los Tigres y los Cachorros significó la primera vez que Báez jugó en el Wrigley Field desde que Chicago lo cambió a los Mets en la Fecha Límite del 2021. El boricua se unió a Anthony Rizzo y a Kris Bryant como los jugadores canjeados en ese período, en un intento de la directiva por pasar la página de aquel núcleo y fortalecer su sistema de liga menor.
Los Cachorros tienen ahora una de las mejores fincas del deporte, pero no han podido regresar a la postemporada. Y aunque las carreras de Báez, Bryant y Rizzo han decaído desde aquellos días en los Cachorros, ellos fueron parte importante para que el club acabó con una sequía de 108 años sin ganar una Serie Mundial, alzando el título en el 2016.
“Esos muchachos no han tenido el éxito en otros lugares que tuvieron aquí”, comentó Jed Hoyer, presidente de operaciones de béisbol de los Cachorros. “Pero no creo que eso le reste importancia a lo que sucedió aquí. Tuvimos una racha muy exitosa con ellos. Durante generaciones, deberían regresar aquí [para ser celebrados]”.
Báez confesó que piensa en la Serie Mundial de 2016 “todos los días, para ser honesto”, añadiendo que tiene un tatuaje del trofeo. Dijo que los Cachorros de hace ocho años tenían la actitud de “no tenerle miedo a nadie”, lo que los llevó a eliminar a los Gigantes, Dodgers y Cleveland para llevar a Chicago a la gloria por primera vez desde 1908.
“Es una de esas cosas que nadie te puede quitar”, continuó Báez. “Siempre seré un campeón aquí”.
En partes de ocho campañas con los Cachorros, Báez fue convocado dos veces al Juego de Estrellas (2018-19), ganó un Guante de Oro (2020, en el campo corto) y terminó en el segundo lugar de la votación para Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en el 2018. En 815 encuentros de temporada regular, conectó 140 jonrones y 151 dobles, se robó 76 bases, anotó 419 carreras y sumó 754 hits.
“En el terreno. En las bases. Con el bate. Sencillamente impactaba el juego donde fuera”, comentó el manager de los Cachorros, Craig Counsell, sobre aquella etapa de Báez. “Ciertamente lo hizo entreteniendo a todos como sólo él sabía hacerlo”.
El estilo acrobático de Báez le hizo merecedor del apodo de “El Mago”. Una placa con ese sobrenombre fue colocada en el casillero del boricua en el clubhouse visitante del Wrigley Field.
Cuando se le preguntó sobre algunos de sus recuerdos favoritos de sus tiempos en el Wrigley Field, Báez mencionó un jonrón de oro en el 13er inning el Día de las Madres del 2016. El torpedero de 31 años también mencionó cuando tuvo la oportunidad de ir a la famosa pizarra manual del estadio, donde vio de una manera diferente el terreno de los Cachorros.
“Hay muchas jugadas y muchos hits importantes para mí en este parque”, indicó.
Hoyer mencionó el cuadrangular en el octavo episodio de Báez ante el dominicano Johnny Cueto que le dio el triunfo por 1-0 a los Cachorros en el Juego 1 de la Serie Divisional de la Liga Nacional de aquel año, recordando en particular el enfático bat-flip del puertorriqueño que aterrizó en la malla del jardín izquierdo. Hoyer también señaló una extraña jugada del 27 de mayo del 2021, cuando Báez conectó un roletazo y se paró en seco en su camino a la inicial y empezó a regresar al plato. Esa bizarra secuencia ante los Piratas derivó en Báez ingeniándoselas para llegar a la salvo a la segunda base.
“Como quieras llamar aquella jugada en Pittsburgh, fue uno de esos momentos que nunca olvidaré”, dijo Hoyer. “Solíamos decir que era invisible. Simplemente corría y, de alguna manera, el resultado final siempre era que llegaba a salvo. Nunca he visto algo así en todo mi tiempo en el béisbol, la capacidad de Javy para correr y de alguna manera mover su cuerpo al estilo Matrix para llegar a salvo.
"Es un jugador especial y un verdadero espectáculo".