Gooden celebra a su “hermano” McGriff… y recuerda el HR recibido en el colegio

COOPERSTOWN, Nueva York – Criándose en el área de Tampa/St. Petersburg/Clearwater, Florida, Fred McGriff fue uno de muchos peloteros de dicha zona que llegaron lejos. Entre ellos están Pete Alonso, Gary Sheffield, Luis González, Constantino “Tino” Martínez y Dave Magadan, además de los legendarios dirigentes Tony La Russa y Lou Piniella.

Otra figura que salió del área de la Bahía de Tampa fue el derecho Dwight Gooden, autor de 194 victorias, 2,293 ponches y un no-hitter en una trayectoria de 16 temporadas en Grandes Ligas, a veces brillante y otras accidentada. En los anales del béisbol amateur de Tampa, se recuerda que McGriff le dio un enorme cuadrangular a Gooden en un partido de escuela secundaria en 1981, justo antes de ser seleccionado en el Draft de dicho año.

Este fin de semana en Cooperstown—donde McGriff será exaltado al Salón de la Fama junto a Scott Rolen el domingo—Gooden volvió a contar la historia de dicho enfrentamiento de hace más de 42 años, con otro elemento no tan conocido.

Resulta que Gooden y McGriff se habían visto las caras en pequeñas ligas algunos años antes.

“Fred bateaba noveno, con enormes lentes, jugando en el jardín derecho”, contó Gooden, describiendo la discreta calidad de McGriff como pelotero en aquellos tiempos. “Era un out fácil, ya que simplemente le lanzaba rectas y lo ponchaba”.

Cuando volvieron a verse, Gooden era un lanzador bien cotizado a nivel de colegio en la Hillsborough High School en Tampa, tirando contra la Jefferson High School de la misma ciudad, a la que pertenecía McGriff.

“Veo a Fred McGriff en el lineup como cuarto bate”, continuó Gooden. “Pensé, ‘Vaya, no puede ser así de bueno’. Ya no tenía lentes y había crecido bastante. Yo recordaba a Fred como el de pequeñas ligas. Me dije, ‘Voy a tirarle la recta para irme arriba (en el conteo). Me dio un batazo de 400 pies, que voló dos terrenos de béisbol. Y él todavía habla de eso hoy en día”.

Desde ese momento, todos sabían que McGriff tenía su potencial y unas semanas después, los Yankees lo seleccionaron en el Draft. De su parte, Gooden sería elegido por los Mets, con los que fue Novato del Año de la Liga Nacional en 1984 y ganador del Premio Cy Young de dicho circuito en 1985, rompiendo todo tipo de récords.

“Una vez llegó a la escuela secundaria y me dio un batazo así, tan lejos… era un late bloomer (llegó a su potencial más tarde que la mayoría) y tenía esa habilidad atlética”, comentó Gooden, cuyo sobrino, Sheffield, agradece mucho las orientaciones recibidas de McGriff cuando fueron compañeros de equipo en los Padres en 1992. “Era sólo cuestión de tiempo.

“Claro, no se visualizaba esto, pero por lo menos se sabía que tenía posibilidades de llegar al próximo nivel”.

Y así fue, por supuesto. McGriff conectaría 493 jonrones a nivel de las Mayores, disparando por lo menos 30 en nueve ocasiones y remolcando 100 carreras o más en ocho campañas diferentes, rumbo a ser elegido al Salón en diciembre pasado por el Comité de la Era Contemporánea.

“Estoy bien contento”, concluyó Gooden. “Él ha sido como un hermano. Siempre hemos mantenido el contacto y siempre hemos sido bien unidos. Que veas a alguien con que creciste llegar tan lejos… es una celebración para todos”.

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