Esposa de Miñoso pone toque personal a experiencia del Salón
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Cuando a Sharon Rice-Miñoso se le encargó la tarea de enviar objetos pertenecientes a su fallecido esposo, Minnie Miñoso, al Salón de la Fama, pensó que enviaría unas cuantas cosas por correo postal. Pero terminó otorgándole dicha responsabilidad a una compañía de paquetería privada para que transportara los artefactos desde su casa en Chicago hasta Cooperstown.
¿Por qué? Porque estaba enviando miles de dólares en joyas.
Cada miembro del Salón de la Fama recibe su propia vitrina de exhibición, llena de tesoros de su vida en el béisbol. Miñoso, mayormente conocido por sus tiempos con los Medias Blancas, es uno de los primeros exaltados de este año. El Salón de la Fama cuenta con varios artefactos, como el uniforme que utilizó el cubano en 1980 a sus 56 años, que estarán en ese lugar.
Pero hasta ahora no había nada que representara la vida personal del oriundo de La Habana. Ahí es cuando Sharon entró en escena, asistida por la tasadora profesional, Leila Dunbar.
Desafortunadamente, muchos de los artefactos de béisbol de Miñoso se han perdido o vendido en subastas, en el proceso de mudanza de los Medias Blancas del viejo Comiskey Park a su actual estadio en 1991. Cuando estaba considerando qué cosas enviaría a Cooperstown, Sharon decidió enviar lo que iluminara la vida personal de Miñoso, más allá de su experiencia en el béisbol.
“Vestía [estas cosas] todos los días. Hay una historia detrás de cada artefacto”, señaló Sharon en una llamada con MLB.com. “Y además, son cosas distintas a lo que [el Salón de la Fama] tiene”.
Muchos de estos artículos son joyas de alto valor, por lo que el Salón de la Fama le pidió a Sharon que fuera con un valuador para que calculara los costos. La valiosa colección incluye un brazalete de oro con “Miñoso” estampado en él, que se estima fue adquirido en la década de los 50 y que Dunbar dice tener un valor de US$50,000.
Pero hay algo aún más antiguo, un diamante de la década de los 40 con un anillo de oro de US$75,000. Fue un regalo que le hizo su padre, cuando Miñoso estaba jugando en la Liga Mexicana.
Sharon también incluyó un collar, que su hijo cree que ella se lo dio a Miñoso a comienzos de su matrimonio, y que el cubano solía usar debajo del uniforme. Tiene su icónico Nro. 9 – retirado por los White Sox en 1983 – en un colgante de diamantes, valorado en US$15,000.
Para Sharon, era crucial enviar artículos a Cooperstown que Miñoso utilizaba a diario y que representarán su devoción hacia su familia, para complementar los artefactos deportivos.
“Creo que tiene un valor histórico. Siento la responsabilidad y el privilegio de mostrarlos en el Salón de la Fama y compartirlos con el público del [Museo] de las Ligas Negras”, expresó Sharon.
Para completar la joyería, Sharon había valorado un collar que Miñoso recibió de su padre – un diamante con tema religioso y un dije de oro con un clip en forma de flor, también de los años 50 y valorado en US$15,000. Dunbar calculó el valor total de la joyería en alrededor de US$175,000.
“He sido extremadamente afortunada en haber valorado decenas de miles de artículos de miembros del Salón de la Fama”, declaró Dunbar, “pero estos artículos de Miñoso son particularmente especiales dada su exaltación ‘tarde pero segura’ al Salón de la Fama, tremendamente merecida”.
Hubo un artefacto particularmente histórico que no fue enviado a Cooperstown – una pistola que el militar y político cubano, Fulgencio Batista, le dio a Miñoso en los años 50, aparentemente por casualidad.
“[Miñoso] está parado ahí [por fuera de su rancho], y ahí viene el presidente Batista en un carro con el ejército detrás de él”, describió Sharon. “Batista conocía a Minnie, entonces Batista se detiene y exclama, ‘Minnie, ¿qué estás haciendo?’ Entonces [Minnie] le responde, ‘Estoy esperando mi carro, mi nieta lo tiene … [Batista] le explica de qué forma van a salir de la isla, el militar se dirige al aeropuerto con su ejército.
“Batista camina hacia la cajuela de su carro, y está llena de armamento. El militar dice, ‘Minnie, ¿por qué no tomas una y te la quedas?’ … [Minnie] era un pacifista, un hombre tranquilo. [Batista dice], “Insisto, toma algo’. … Entonces Batista elige esta pequeña pistola. Todavía tiene los sujetadores y las balas, y se encontraba dentro de un humidificador de puros cubano. Es ahí donde la mantuvo todo el tiempo”.
Aunque la pistola – valorada en US$25,000 – no estará en la vitrina de artefactos de Miñoso en Cooperstown, está en proceso de potencialmente ser exhibida en el Museo de las Ligas Negras.
El proceso de valoración fue inicialmente abrumador para Sharon. Afortunadamente, el gran amigo de Minnie y miembro también del Salón de la Fama, el cubano Tony Oliva, fue de gran ayuda. Oliva y Miñoso jugaron juntos en la Liga Americana de 1963-64 y en 1976, el último año de Oliva con los Mellizos. Ambos se comunicaban regularmente por teléfono hasta que Miñoso falleció en 2015.
Cuando Miñoso sea reconocido junto a Oliva en Cooperstown, los fanáticos del béisbol entenderán la clase de jugador que fue en el terreno y, gracias a estos artefactos, el amor que todos le tenían.
“Es bien agridulce, que él no esté aquí presente, porque como le dije al Salón de la Fama, ‘Habrían amado a mi esposo’”, aseveró Sharon. “Cuando lo conocías, nunca se te olvidaba lo amable que era… Veré por el lado positivo y diré que ha alcanzado el pináculo de su carrera en este momento”.