Fue en 1980 cuando la ‘Fernandomanía’ empezó a hacerse sentir

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LOS ÁNGELES – Para muchas personas, la Fernandomanía comenzó luego de que Fernando Valenzuela lanzara un blanqueo contra los Astros el 9 de abril de 1981. El hecho de que el mexicano lanzara un juego así sustituyendo a última hora al lesionado Jerry Reuss ayudó a avivar el momento.

Durante los meses subsiguientes, Dodger Stadium era un hervidero cada vez que el Nro. 34 tomaba la lomita y la leyenda de la Fernandomanía se convirtió rápidamente en todo un fenómeno. Valenzuela terminó ganando el Cy Young y el Novato del Año en 1981. Pero, más importante que eso, cautivó a la comunidad mexicana radicada en Los Ángeles y los conectó con los Dodgers más que ningún otro jugador en la historia de la franquicia.

El cuento luce como una historia perfecta. Un pitcher que salió de la nada y se convirtió en estrella de la noche a la mañana. Excepto que Valenzuela no salió de la nada. Al menos no para quienes compartieron clubhouse con él.

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Para esas personas, la Fernandomanía empezó en septiembre de 1980, siete meses antes de aquella famosa apertura del Día Inaugural.

“Cuando Fernando lanzó en los playoffs en 1980, ese fue realmente su bautizo”, recordó el primera base de los Dodgers, Steve Garvey, que jugó tres temporadas con Valenzuela. “Entró en una situación difícil y lanzó extremadamente bien. Impresionó a mucha gente al final de aquella temporada, por supuesto. Y luego había expectativas de que tuviese una buena oportunidad en el Spring Training de ser parte del equipo y contribuir de forma significativa. Y el resto es historia”.

Lanzar extremadamente bien es un término que, quizás, no hace justicia. Por bueno que fue Valenzuela en el arranque de la temporada de 1981, el zurdo fue casi igual de dominante cuando empezó su carrera en 1980 a los 19 años. Después de trabajar para afinar su lanzamiento de tirabuzón (screwball) en las menores, Valenzuela debutó en las Grandes Ligas el 15 de septiembre de 1980, tirando dos innings en blanco contra los Bravos. Cuatro días después, ponchó a cuatro y tiró tres innings más sin permitir rayita contra los Rojos.

Durante sus siguientes cinco juegos, Valenzuela sumó 6.2 innings en blanco a su currículo. Rápidamente empezó a recibir asignaciones más importantes del manager Tommy Lasorda, a pesar de que era el pitcher más joven del roster. Así de bueno era.

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"[Estaba] ansioso de ver cuál era la situación, de tener la experiencia de estar en un estadio de Grandes Ligas, de enfrentar a jugadores de ese nivel", recordó Valenzuela. “Entonces, siempre esperando, porque yo estuve de relevo en el 80. Entonces, en ocasiones, pues no, no había esa oportunidad porque los lanzadores abridores iban ocho entradas y luego el cerrador. Siempre eran casi juegos completos o juegos de casi siete u ocho entradas. Entonces dije, ‘Bueno, no va a haber oportunidad’. Y esperé una semana más o menos hasta que llegó esa oportunidad. No eran nervios sino ansiedad, adrenalina, de estar ahí en la lomita en un estadio de Grandes Ligas”.

Esa adrenalina no hizo sino crecer en los momentos importantes, pero los nervios siempre se mantuvieron a raya para Valenzuela. Con tres juegos restantes en la temporada regular, los Dodgers estaban a tres juegos de los punteros Astros con la serie final de la temporada a disputarse en Houston. Lasorda utilizó a Valenzuela en dos de los tres cotejos. En total, lanzó cuatro innings en blanco. Los Dodgers terminaron barriendo a los Astros y obligando a un juego de desempate.

“Para mí, la Fernandomanía no empezó en 1981, empezó en 1980 con aquella serie contra los Astros de Houston”, dijo el ecuatoriano Jaime Jarrín, narrador de los Dodgers y miembro del Salón de la Fama, quien también servía como intérprete de Valenzuela. “Los Dodgers tenían que ganar los tres juegos para poder empatar a Houston y Fernando vino como relevista e hizo un trabajo fantástico. Mucha gente creía que Fernando ha debido abrir el juego, pero Lasorda se decidió por Dave Goltz.”

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Si bien Lasorda decidió ir con Goltz como abridor en aquel duelo de desempate, no le tembló el pulso para llamar a Valenzuela desde el bullpen. Los Dodgers perdieron, 7-1, pero Valenzuela hizo lo mismo que había venido haciendo todo el mes, lanzando dos innings en blanco. No permitió una carrera en 17.2 innings repartidos en 10 presentaciones como relevista a los 19 años en 1980.

“Allí fue cuando Fernando mostró su carácter, sus agallas, estuvo increíble”, añadió Jarrín. “Por eso es que pienso que la Fernandomanía empezó en 1980 y ustedes ya saben lo que pasó en 1981”.

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