El béisbol mexicano ya ha hecho historia. Ahora se quiere más
MIAMI – En los últimos años, se ha puesto de moda un sobreuso de la palabra “historia” y su adjetivo “histórico”. Pero sin duda, lo que viene haciendo México en el Clásico Mundial de Béisbol es digno de esa etiqueta.
Por primera vez en cinco Clásicos Mundiales, México ha alcanzado la ronda semifinal, gracias a su victoria sobre Puerto Rico el viernes, en la que los pupilos del timonel Benjamín Gil remontaron una desventaja de 4-0. Por primera vez en el deporte mexicano, una selección ha llegado así de lejos en un torneo de esta magnitud al más alto nivel. En el fútbol, por ejemplo, jamás ha sucedido en los Mundiales de la FIFA.
“Mucho orgullo nos da, entre los que hemos sido peloteros y hemos sido parte de una forma u otra del crecimiento del béisbol en México”, dijo Gil, ganador de cuatro títulos como dirigente de los Tomateros de Culiacán en la Liga del Pacífico. “Estamos disfrutando de lo que son capaces los jugadores mexicanos al nivel más alto”.
Con esta selección conformada por el gerente general Rodrigo López, una mezcla de jugadores nacidos en México y otros que son de los Estados Unidos y de ascendencia mexicana—ni hablar de los aportes del cubano naturalizado Randy Arozarena—el béisbol mexicano está en boca de todos.
“Este torneo, creo que ha llamado la atención al mundo entero de que hay (beisbolistas) mexicanos en Estados Unidos que están poniendo el nombre de México en alto y abriéndoles puertas a otros jovencitos”, expresó Gil. “Pero hay una pelota que se juega en México en verano (la LMB), que es de jugadores de mucha capacidad”.
Gil y López han sido campeones de la Serie del Caribe como jugadores. En el Clásico Caribeño, equipos mexicanos se han coronado en nueve ocasiones, pero seis de ellos fueron ya en el Siglo XXI.
Ahora, con Julio César Urías, José Urquidy, Isaac Paredes, Luis Urías, Joey Meneses, Giovanny Gallegos y Javier Assad llevando la antorcha entre los nacidos en México y siendo apoyados por otros como Arozarena, Rowdy Téllez, Patrick Sandoval y Alex Verdugo, la selección del país sueña con un logro sin precedentes no sólo en la historia del béisbol mexicano, sino en el deporte del país en sentido general.
“Espero que esto crezca el béisbol de México, que haya más niños que quieran jugar el béisbol, por lo que están logrando estos jugadores”, comentó Gil, nacido en Tijuana y criado entre dicha ciudad y el estado de California en EE.UU.
Y hablando de California, Gil confesó aquí en Miami que de haber tenido él la decisión, hubiese preferido que esta ronda del Clásico se realizara en Los Ángeles o San Diego, por la cercanía a tierras mexicanas y la clase de apoyo que su equipo recibió en la fase de grupos en Phoenix, otra ciudad en un estado (Arizona) que hace frontera con México. Pero en el loanDepot park, los fanáticos mexicanos se hicieron sentir en grande el viernes, cuando su selección eliminó a los boricuas.
“Cada vez la afición mexicana se está uniendo un poquito más al equipo de México”, comentó Oliver Pérez, el mexicano que ha jugado la mayor cantidad de temporadas en Grandes Ligas, 20. “Eso es bueno. Que vean que en México hay talento en todos los deportes. México es una potencia muy grande y esperemos que lo sigan apoyando”.
La tarea no termina ahora. El lunes, México—con el zurdo Sandoval como su lanzador abridor—chocará en la semifinal con la fuerte selección de Japón.
“Si podemos lograr lo que nos hemos propuesto, van a recordarlo como familia, como hermanos, por el resto de sus vidas”, dijo Gil sobre su tropa. “Están demostrando de lo que es capaz la raza mexicana beisbolera”.