Cuatro argumentos de Gary Sheffield para el Salón de la Fama

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Se acaba el tiempo para Gary Sheffield. El poderoso jardinero, quien jugó en las Mayores entre 1988 y el 2009, está en su décimo y último año de elegibilidad para ser exaltado al Salón de la Fama por parte de la Asociación de Escritores de Béisbol de Norteamérica (BBWAA). El nombre de Sheffield apareció en el 55% de las boletas del año pasado, un salto considerable del 40.6% que obtuvo en la ronda anterior. Sin embargo, para ingresar al templo de los inmortales, debe ser seleccionado al menos por el 75% de los votantes.

Claro, el argumento de muchos de los periodistas que están optando por no votar por Sheffield no tiene nada que ver con su producción. Una de las razones principales por las cuales Sheffield no ha podido ingresar al Salón de la Fama es por haber sido vinculado con el uso de sustancias prohibidas, durante un momento en el que trabajó junto a Barry Bonds luego de la campaña del 2001 -- aunque el cañonero dice no haber estado consciente de estar utilizando una crema que tenía esteroides. Para ese entonces, MLB no hacía pruebas en busca de esteroides y no se aplicaron suspensiones hasta el 2005.

No hay dudas de que eso ha afectado su candidatura al Salón de la Fama. Pero el cañonero tiene un sólido caso a su favor.

Aquí, cuatro argumentos que podrían llevarlo hacia Cooperstown.

1) Fue un bateador élite por mucho tiempo

En resumidas cuentas, el poder de Sheffield fue élite. Con una línea de por vida de .292/.393/.514 a lo largo de 22 años de carrera, pocos bateadores fueron tan productivos en el plato que Sheffield durante su tiempo en el béisbol.

El cañonero empalmó 509 jonrones, uniéndose al club de los 500 el 17 de abril del 2009. De los 24 jugadores elegibles al Salón de la Fama por delante de Sheffield en la lista de cuadrangulares de por vida, sólo seis no están en Cooperstown actualmente. Entre quienes tuvieron 5,000 o más veces al plato, el OPS de Sheffield de .907 es el 55to de todos los tiempos. Es 19no en esa categoría entre los jugadores que no están en el Salón de la Fama, aunque Mike Trout, Joey Votto, el dominicano Albert Pujols, Bryce Harper y Paul Goldschmidt – que están por delante de Sheffield – no son elegibles aún.

Además, Sheffield fue conocido por su disciplina en el plato. Nunca se ponchó más de 83 veces en una temporada (en el 2023, 36 jugadores abanicaron 150 veces o más) y terminó con una sólida tasa de bases por bolas del 13.5%. Entre los 28 jugadores en el club de los 500 jonrones, sólo Ted Williams y Mel Ott se poncharon menos que Sheffield. Al final, el patrullero terminó su carrera con más boletos (1,475) que ponches (1,171).

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2) Sumó premios y reconocimientos

Sólo 71 jugadores en la historia de las Ligas Americana y Nacional superan las nueve convocatorias al Juego de Estrellas que tuvo Sheffield. De los jugadores elegibles para el Salón de la Fama con nueve convocatorias o más, sólo nueve (además de Sheffield) no están en Cooperstown.

Sheffield ganó nueve Bates de Plata, tres en la Nacional y tres en la Americana. Ganó su primero en la tercera base cuando estaba con los Padres y tenía 23 años, y luego cosechó su segundo en los jardines con los Marlins en 1996.

Durante su campaña de despegue en 1992, Sheffield encabezó la Liga Nacional con promedio de .330 y terminó en el tercer lugar en la votación para Jugador Más Valioso. Terminó entre los primeros 10 en otras cinco ocasiones para JMV, incluyendo otro tercer lugar en el 2003 y un segundo en el 2004.

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3) Fue una figura clave en la historia de los Marlins

Por muy bueno que haya sido Sheffield durante toda su carrera, su importancia con los Marlins podría ser un factor más determinante.

Durante sus seis años en el Sur de la Florida, Sheffield bateó .288/.426/.543, con 122 vuelacercas, 47 bases robadas y 380 empujadas. Su OPS de .970 con los Marlins es el mejor en la historia de la franquicia entre los 57 jugadores que suman 1,000 o más veces al bate – por delante del venezolano Miguel Cabrera (.929), Giancarlo Stanton (.914) y otros.

Aunque su mejor temporada con los Marlins fue en 1996, cuando conectó 42 cañonazos, se estafó 16 almohadillas y lideró la Nacional con OPS de 1.090 – y de todas maneras, terminó sexto en la votación para JMV – su 1997 fue quizás el más memorable. Bateó .320 con tres bambinazos en la postemporada con los Marlins, ayudando al club a conquistar su primera Serie Mundial.

Aunque pasó tiempo con otros ocho conjuntos, Sheffield – de ser exaltado – podría ser el primer jugador en hacerlo con la gorra de los Marlins en su placa.

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4) Su WAR está a la altura del Salón de la Fama

Sabemos que el WAR no lo es todo, pero es una manera de medir el valor de la carrera de un jugador.

El cañonero terminó su carrera de 22 años con WAR de Baseball-Reference de 60.5, que lo ubica en el 19no lugar de todos los tiempos entre los guardabosques derechos. Los primeros 13 están en el Salón de la Fama, igual que Dave Winfield (17mo). Y Mookie Betts (16to) va rumbo a Cooperstown. El bWAR de Sheffield de 38.0 en sus mejores siete años – una medida para evaluar el pico de un jugador – es el 27mo en la posición, por delante de varios inmortales.

Según el sistema de medición del sabermétrico Jay Jaffe, llamado JAWS – que usa un promedio del WAR de los siete mejores años de un jugador – el 49.3 de Sheffield lo coloca en el 24to puesto de todos los tiempos entre los jardineros derechos. Veintiocho jugadores de esa posición están en Cooperstown actualmente, pero 13 de ellos tienen un JAWS menor al de Sheffield.

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