Cómo un solo partido demostró todo lo positivo de las nuevas reglas
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Si estuviste en las tribunas del Wrigley Field la noche del lunes, esto es lo que viste:
Viste a los Cachorros jugar contra los Marineros en Chicago por primera vez desde 2019.
Viste al dominicano Julio Rodríguez, una de las jóvenes estrellas más emblemáticas del deporte, hacer su debut en el Wrigley.
Viste un tenso y cerrado duelo en el que Cachorros perdieron su ventaja de 2-1 en el noveno episodio, cuando el jardinero de los Marineros, Jarred Kelenic, conectó un decisivo jonrón solitario, antes de que Chicago remontara en la parte baja del décimo, cuando Nico Hoerner pegó un sencillo a terreno corto entre el jardín central y el derecho para remolcar al corredor automático Nick Madrigal con la carrera final.
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Viste todo eso, 10 innings de béisbol en su máxima expresión, en dos horas y 38 minutos.
Mientras las luces LED en Wrigley parpadeaban para celebrar la victoria de los Cachorros, la hora local era las 9:17 p. m.
Conecta todos esos puntos -- una estrella jugando en un mercado inusual, un duelo dramático disputado a un ritmo apropiado, un corredor “gratis” que fomenta la anotación y acelera el final y un tiempo de juego agradable para los aficionados con niños pequeños -- y verás frente a tus ojos el entretenido producto que MLB viene diseñando con una serie de cambios de reglas y de calendario.
Esa noche en el Wrigley es un excelente ejemplo de cómo se ve MLB ahora que se ha atacado significativamente el problema del ritmo de juego y el calendario se ha vuelto más equilibrado. Gracias a la implementación del reloj de pitcheo, las restricciones de los shifts defensivos y las bases más grandes, la temporada 2023 ha presentado más acción en menos tiempo, junto con un calendario que ya no es tan exageradamente “regional”.
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Éstos eran los números tras la conclusión de la jornada del lunes:
Tiempo promedio de un juego de nueve entradas: 2:37, en comparación con 3:09 durante la misma cantidad de días en el 2022 (y 3:04 al final de la campaña)
Carreras por partido: 9,3, en comparación con 8,3 durante la misma cantidad de días en el 2022 (y 8,6 al final de la temporada)
Promedio de bateo: .248, en comparación con .233 durante la misma cantidad de días en el 2022 (y .243 al final de la temporada)
Promedio de bateo de los derechos: .252, en comparación con .236 durante la misma cantidad de días en el 2022 (y .243 al final del año)
Promedio de bateo de los zurdos: .242, en comparación con .227 durante la misma cantidad de días en el 2022 (y .236 al final de la campaña)
Promedio de bateo de los derechos en bolas en juego (BABIP): .304, en comparación con un BABIP .295 al finalizar el 2022
BABIP de los zurdos: .291, en comparación con un BABIP de .283 al concluir la temporada 2022
Bases robadas: 1,3 por partido en 1,7 intento con una tasa de éxito del 80%, en comparación con 1,0 por juego en 1,3 intento con una tasa de éxito del 74% en la campaña completa del 2022
Toda esta acción está produciéndose con poca interrupción de bolas y strikes automáticos debido a infracciones del reloj de pitcheo. A lo largo de 155 juegos, hubo 135 infracciones, menos de una por desafío.
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Para aquellos que están intentando que sus hijos se encariñen con el juego y con los beisbolistas, estos encuentros de pelota más movidos y este calendario más equilibrado han sido bastante cooperativos. El partido promedio del lunes por la noche terminó a las 9:16 p.m. hora local, y no más tarde de las 10:07 p.m. Llevar a un niño al béisbol en una noche de escuela y poder quedarse para el final ahora es mucho más fácil que en el pasado, especialmente con muchos equipos empezando sus jueogos a las 6 p.m., hora local.
Los tiempos de juego van rumbo a terminar con la marca más rápida desde la década de los 80. De cierta forma, el reloj de pitcheo ha invertido con éxito el tiempo, llevando al béisbol a una era anterior. Y el cambio del calendario, simultáneamente, ha dado paso a una nueva era. El formato de postemporada ampliado básicamente exigió un calendario más justo en el que los equipos de diferentes divisiones, dentro de la misma liga, tuvieran agendas más parecidas (para que los equipos de las divisiones más débiles no tuvieran una ventaja injusta versus los de divisiones más profundas).
But there is an added marketing advantage, as well. The new schedule is showing off baseball’s brightest lights in a more meaningful way. Whether it’s the aforementioned J-Rod on the North Side or Manny Machado, Xander Bogaerts, Juan Soto and Co. going to Kansas City, Aaron Judge taking aim at Dodger Stadium or Shohei Ohtani and Mike Trout coming to Coors Field, there are increased Interleague opportunities for fans to see the biggest names in baseball up close. Every team plays every other team at least once, so you can see your favorite squad square up against those and other big names either in-person or on the tube.
Change is not always easy to embrace, especially in a sport so bound to tradition. But perhaps the greatest baseball tradition of them all is passing the love of the game down from one generation to another.
As we saw Monday night in Wrigley and will see throughout this 2023 season in which baseball has, in so many ways, been rebranded, that is easier than ever.