Cómo fue que Beltré se transformó en “leyenda” tras su llegada a Texas
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ARLINGTON – Antes de llegar a Texas de cara a la temporada del 2011, el dominicano Adrian Beltréera un jugador por encima del promedio.
Había ganado un par de Bates de Plata y Guantes de Oro, y venía de ser convocado al Juego de Estrellas del 2010. En sus 13 años previos, el oriundo de Santo Domingo había bateado .275/.329/.462 con un OPS+ de 108 entre los Dodgers, Marineros y Medias Rojas.
Luego, en el corazón de Texas, Beltré se transformó en un Salón de la Fama. En sus ocho años en Arlington, el cañonero bateó .305 con OPS de .866. Estuvo seis veces entre los primeros 15 en las votaciones para el Premio Jugador Más Valioso de la Liga Americana, siendo el líder indiscutido de un clubhouse que tuvo varios de los mejores años en la historia de la franquicia.
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Beltré recibió el llamado de Cooperstown el martes, en el que se le informó que sería exaltado al Salón de la Fama en su primer año de elegibilidad, por parte de los Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica (BBWAA, por sus siglas en inglés). Su nombre apareció en el 95.1% de las papeletas. Necesitaba al menos 75% para ingresar al Salón.
Beltré se unió a un grupo conformado por Todd Helton, el inicialista insignia de los Rockies, y Joe Mauer, cara de los Mellizos que fue elegido el martes. Ellos se integran a Jim Leyland, quien fue electo en diciembre vía el proceso de Comité de la Era Contemporánea del Béisbol.
“En nombre de toda la organización de los Rangers de Texas, queremos felicitar a Adrián Beltré por su selección para el Salón de la Fama del Béisbol”, expresó el dueño mayoritario de los Rangers, Ray Davis. “Por más de dos décadas, Adrián brilló tanto ofensiva como defensivamente siendo uno de los mejores antesalistas en la historia del béisbol. Su competitividad y deseo de estar en la alineación a diario, sin importar las circunstancias, le hicieron ganar el máximo respeto y admiración de sus colegas”.
“Fuimos privilegiados por hacerlo miembro de los Rangers para las últimas ocho campañas de una impresionante carrera”, continuó. “A través de su excelencia en el terreno e influencia en el clubhouse, los aportes de Adrián ayudaron a que los Rangers clasificaron a cuatro postemporadas. Es una leyenda absoluta del juego”.
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Para el final de su carrera – siendo los últimos ocho con Texas – Beltré ganó cinco Guantes de Oro, dos Guantes de Platino, cuatro Bates de Plata y fue convocado a cuatro Juegos de Estrellas. Empalmó 477 jonrones y dio 3,166 hits (1,277 con Texas) con cuatro diferentes escuadras. Su bWAR de 93.5 se ubica tercero entre todos los antesalistas en la historia del béisbol, únicamente por detrás de Mike Schmidt (106.8) y Eddie Matthews (96.0).
El número 29 de su camiseta cuelga en la parte más alta del Globe Life Field, junto a los de Nolan Ryan, Michael Young, el puertorriqueño Iván Rodríguez y Johnny Oates. Ryan y Rodríguez también están en el Salón de la Fama.
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Beltré firmó con los Dodgers cuando aún era un adolescente en la República Dominicana e hizo su debut en las Mayores en 1998, cuando tenía 19 años. Se convirtió en el tercera base titular de Los Ángeles en la siguiente campaña, como parte de una pasantía de siete años que terminó con un segundo lugar en la votación por el JMV de la L.N. – que ganó Barry Bonds – en el 2004. Bateó .334 y encabezó el joven Circuito con 48 vuelacercas y 121 empujadas, antes de ingresar a la agencia libre.
Beltré firmó con los Marineros por cinco años. Pero aunque ganó dos Guantes de Oro, su paso por Seattle no fue el mejor de su carrera. En su primera temporada, en el 2005, tuvo una de sus campañas menos productivas, cuando bateó .255 y pegó 19 jonrones en 156 partidos.
Sin embargo, durante su último año en Seattle, Beltré dijo que se reencontró con el amor por el juego. Dejó de intentar hacer demasiado para demostrarle a la gente que estaban equivocados, y se enfocó únicamente en el béisbol. Así que antes de convertirse en un Salón de la Fama en Texas, fue durante su único año en Boston en el que demostró qué tan alto podía llegar.
Durante su campaña de todoestrella en el 2010 con los Medias Rojas, el quisqueyano bateó .321/.365/.553. Encabezó las Mayores con 49 dobles y empalmó 28 jonrones, encontrándose de nuevo con el poder en el plato.
“A pesar de que tuve muchas ofertas multianuales, creí que lo que había hecho el año anterior no era yo”, confesó Beltré. “Así que una vez recibí la oferta de Boston, entendí que si tenía la oportunidad de demostrar lo que podía hacer cuando estaba en salud, eso ayudaría a mi carrera. Estoy agradecido por la oportunidad. Boston fue el equipo que me puso en el mapa”.
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Beltré firmó con los Rangers el 5 de enero del 2011. Durante su exaltación al Salón de la Fama de los Rangers, dijo que no esperaba tanto cariño por parte de Texas. Se puede decir que casi se vio sorprendido por lo bien que resultó el haberse juntado con la organización en su momento.
Ofreció muchos momentos inolvidables durante sus ocho años con Texas, desde la clasificación a la Serie Mundial del 2011, hasta su hit número 3,000 en el 2017 y las increíbles jugadas defensivas que lo hicieron merecedor de dos Guantes de Platino. Pasó más tiempo con los Rangers que con cualquier otra organización, disputando 1,098 partidos con el club.
Más que nada, solidificó su puesto en Cooperstown.
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“Valoré el hecho de que los Rangers me dieran la oportunidad de venir a su antiguo estadio y a esta ciudad, y ser parte del gran equipo que ya tenían", indicó Beltré. "La forma en que la gerencia me trató a mí y a mi familia, la forma en que mis compañeros de equipo me trataron, fue una gran combinación para ambos. Creo que fue un gran lugar y creo que encontraron lo que necesitaban en ese momento [en mí].
"Una vez que llegué allí, sencillamente me sentí cómodo con la base de aficionados. Todo acerca de Texas, sobre Dallas y Arlington, simplemente encajó para mí. El tener un buen grupo de chicos compitiendo, hizo que fuera más fácil para mí salir y rendir, y simplemente ser feliz haciendo lo que hacía. No hay duda de que los Rangers tienen mucho que ver con mi carrera y aprecio el hecho de que confiaron en mí al llevarme a Arlington".