Clásico: Los jugadores de EE.UU. valoran la pasión del béisbol internacional
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MIAMI – Kyle Schwarber fue parte de los Cachorros de Chicago del 2016 que ganaron la Serie Mundial, poniéndole fin a una sequía de 108 años en que no se vio un solo título del Clásico de Otoño en los predios del Wrigley Field.
Sin embargo, para el ahora toletero de los Filis—quien incluso acaba de jugar en la Serie Mundial del 2022 con Filadelfia—el Clásico Mundial de Béisbol es una experiencia totalmente aparte, una que jamás se puede comparar con nada que haya hecho en el pasado. Y Schwarber no está solo en ese sentido.
“De alguna manera, éstos son nuestros Juegos Olímpicos”, dijo Schwarber. “Entonces, (es algo grande) para nosotros representar nuestro país y ver la forma en que los fans vienen reaccionando ante nuestros juegos. Es hasta el punto de que éstos son playoffs antes de que empieza la temporada”.
Con los boletos totalmente vendidos para cada fecha de los cuartos de final, semifinales y la gran final en el loanDepot park de Miami—ni hablar de los públicos en Japón, Phoenix, Taipéi de China y el mismo Miami en la primera ronda del torneo—el ambiente brindado por los fans latinoamericanos, asiáticos y sí, estadounidenses, ha sido algo digno de valorar.
“En sentido general, (el evento) trae mucha pasión, trae mucha energía y esto está ayudando a que crezca el juego”, comentó el infielder de la selección de los Estados Unidos, Tim Anderson.
El estadio techado de los Marlins en Miami ha sido escenario de públicos bien animados y ruidosos, con todo el color, toda la música y todo el entusiasmo que se puede ver en ambientes de béisbol de América Latina, Japón y en otras partes.
“Es como un ambiente de playoffs para mí”, dijo el manager de la selección estadounidense, Mark DeRosa, quien jugó en siete series de postemporada como jugador de Grandes Ligas. “Esto es como ambiente de playoffs y algo más. Éste es el lugar indicado”.
En el pasado—y sobre todo en el presente, con las lesiones del puertorriqueño Edwin Díaz y del venezolano José Altuve—ha habido críticas al Clásico Mundial, por la interrupción en la preparación de los jugadores para la campaña de Grandes Ligas y también, por supuesto, por ese mismo riesgo de lesiones.
“Creo que muchas de esas personas probablemente no están aquí en el juego o no lo están viendo por televisión”, comentó Schwarber, quien afirma que jugar en el Clásico había sido algo que siempre quiso hacer antes de retirarse. “Todo el mundo tiene derecho a su opinión, pero al final del día, las opiniones que más importan son las de los jugadores que están jugando por sus países y las de la gente que sintoniza los partidos cada noche para ligar por su país y su equipo”.
El concepto de jugar por un país es algo común en otros deportes. En el béisbol, se ha visto durante décadas en competencias a nivel amateur y en Series del Caribe en América Latina. Pero para la mayoría de los jugadores estadounidenses, no es de lo más común a esta altura de sus carreras.
“Puedes ver la pasión y puedes ver la energía”, dijo en ese sentido Anderson, torpedero de los Medias Blancas de Chicago. “Puedes ver lo que en verdad significa para ciertos muchachos salir y ponerse el uniforme de su país.
“Esto es algo grande. Estás jugando para el mundo. Es algo grande para mí, definitivamente”
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Jura DeRosa—quien vio de cerca el ambiente latinoamericano del béisbol con los Leones del Caracas en Venezuela al principio del presente milenio—que el jonrón con bases llenas de Trea Turner del sábado que decidió la semifinal entre EE.UU. y la selección venezolana será “uno de los recuerdos más grandes para todo el mundo en el vestidor (del equipo)”.
“Creo que eso unió al equipo”, continuó DeRosa. “Yo sabía del color y la pasión en Venezuela y obviamente, Dominicana. Estos muchachos tienen mucho orgullo. (Los jugadores estadounidenses) son compañeros de equipo de muchos de esos jugadores y nosotros entendemos cuánto significa esto”.
Y ahora para los Estados Unidos, se ha sembrado ese orgullo y ese compromiso con su país en el Clásico Mundial.
“Es un gran ambiente para nosotros como jugadores”, expresó Schwarber. “Éste es un ambiente que nos encanta y saca lo mejor de nosotros”.
De hecho, podría ser difícil para ellos volver a la atmósfera de los entrenamientos de primavera después de la intensidad de este torneo.
“Va a ser un bajón para ellos en unas 48 horas, ¿verdad?” dijo DeRosa. “Están en béisbol (estilo) postemporada y de repente, tienes que prepararte para cuatro turnos en un terreno secundario en los entrenamientos. Va a ser difícil para ellos motivarse por esas cosas”.