Céspedes se sigue puliendo en Arizona

Cuando los White Sox firmaron a Yoelqui Céspedes por US$2.05 millones en enero, algunos funcionarios de club señalaron que el cubano (que ahora tiene 24 años) no estaba muy lejos de las Mayores. Pero el jardinero también pasó dos años sin disputar juegos oficiales luego de desertar de Cuba, y complicaciones con su visa lo limitaron a 72 juegos de liga menor este verano.

Por lo tanto, Céspedes era candidato obvio para recibir más turnos al bate en la Liga Otoñal de Arizona.

“Estoy muy contento”, expresó Céspedes, el prospecto número 2 de los Patipálidos. “porque yo siento que es un paso más cerca de estar en Grandes Ligas”.

Medio hermano del cañonero Yoenis Céspedes, Yoelqui debutó en la Serie Nacional de Cuba en el 2005 a sus 17 años y fue integrante de la selección cubana para el Clásico Mundial de Béisbol dos años después. El guardabosque diestro desertó mientras militaba con la selección cubana en la Asociación Canadiense-Americana, una liga independente, en junio del 2019 y estuvo elegible para firmar con un equipo de Grandes Ligas en marzo del 2020. Optó por esperar hasta el siguiente período de firmas para que pudiera unirse a los White Sox, que cuentan con un núcleo de estelares cubanos, entre los cuales se encuentran José Abreu, Yasmani Grandal, Yoán Moncada y Luis Robert.

La fuerza de Céspedes y la velocidad de su bate se combinan para generar poder por encima del promedio, aunque algunas escuchas internacionales se preguntaban si le daría resultados contra pitcheo más avanzado. El cubano puede ser demasiado agresivo al bate en ocasiones y su swing derecho a veces se vuelve demasiado largo con movimiento hacia arriba. De hecho, Céspedes tuvo línea de apenas .287/.351/.415 en cuatro temporadas en Cuba y solamente bateó .253/.343/.316 en 27 partidos durante dos años en la Liga Can-Am.

No obstante, Céspedes rindió en su debut profesional, bateando .285/.350/.463 con ocho cuadrangulares y 18 bases robadas en 72 juegos entre Clase-A Alta y Doble-A. El oriundo de Yara dijo que el ajuste más grande además de estar jugando a diario nuevamente es la calidad del bateo que ha enfrentado.

“En Cuba, la velocidad no era la velocidad que hay aquí en Estados Unidos”, dijo Céspedes, quien se fue de 18-3 con un doble y un robo en su primera semana con los Glendale Desert Dogs. “Fue un ajuste grande y otro paso para mí. La velocidad y la brusquedad de los lanzamientos rompientes fueron los dos ajustes principales que tuve que hacer”.

Céspedes posee otras herramientas atractivas más allá de su poder. Ha demostrado buena velocidad a la hora de correr en línea recta y podría permanecer en el jardín central, aunque si rapidez quizás sea considerada de promedio más adelante. También cuenta con uno de los brazos más fuertes en la finca de Chicago.

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