Brilló Fried. Tronó Murphy. Pero Ozuna SE ROBÓ el show en ATL
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ATLANTA – Con los Bravos luchando con los Mets y los Diamondbacks por los últimos dos Comodines de la Liga Nacional, la estrella del viernes en el partido de Atlanta contra Kansas City fue el zurdo Max Fried. El abridor dejó en blanco a los Reales en 8.2 entradas de tres hits, nueve ponches y dos bases por bolas, poniendo su récord en 11-10 con efectividad de 3.25 en la temporada en el triunfo por 3-0 del equipo de Georgia.
Fue la última apertura de Fried en la campaña y posiblemente su última vistiendo el uniforme de los Bravos, ya que el veterano será agente libre al llegar noviembre. Y con la incertidumbre de la clasificación o no de Atlanta para los playoffs, los 36,212 espectadores en el Truist Park le dieron una enorme ovación cuando salió del partido, sabiendo que podía ser un adiós.
“Fue una gran ovación para un gran lanzador”, comentó el manager de los Bravos, Brian Snitker.
Aparte del jonrón de dos carreras de Sean Murphy frente al abridor de los Reales, Brady Singer, una de las figuras más notables de este choque en la parte ofensiva fue Marcell Ozuna. El dominicano tenía más de dos años que no se robaba una base, y más cuando se trata de la tercera almohadilla. En el cierre del octavo episodio y con los Bravos ganando 2-0, Ozuna recibió base por bolas y avanzó a la segunda base ante un rodado suave de Eli White. Acto seguido, con el derecho venezolano Carlos Hernández no cuidándolo mucho y el antesalista Garrett Hampson bien despegado de la tercera base, Ozuna se fue y se robó la almohadilla. Cuando el disparo del receptor de los Reales, el venezolano Salvador Pérez, se escapó hasta el jardín izquierdo, Ozuna no sólo tenía su primera base robada desde el 2022, sino también aprovechó para anotar lo que Snitker definió como una carrera importante para el equipo.
“Creó una carrera que en un juego como éste podía ser grande”, dijo Snitker.
¿Se sorprendió el dirigente cuando vio que se iba Ozuna?
“Tan sorprendido como cualquier otro”, afirmó Snitker, confirmando que no había mandado a Ozuna a correr.
En el clubhouse de los Bravos, tenía Ozuna en su casillero la misma almohadilla, lista para ser firmada por los demás jugadores de Atlanta y algún día pasar a la vitrina del toletero en su casa.
“Se siente especial”, dijo Ozuna, autor de 39 cuadrangulares en el 2024. “Todo el mundo estaba como, ‘¡Dios mío! ¿Estás corriendo?’ Fue un momento divertido para mí. Con dos outs, me di cuenta de que el lanzador estaba lento y el tercera base estaba bien alejado de la base. Me dije, ‘Estoy listo’. Mis piernas están listas’. Entonces, déjame irme”.
Ozuna lleva apenas dos vuelacercas desde el 21 de agosto, pero ha seguido bateando y aportando. El viernes fue otro ejemplo de ello.
“Significa mucho, porque ya ésta es la última carrera que hay y hay que echar para adelante y dar lo mejor de uno”, expresó Ozuna. “Cada juego que uno va a jugar es importante”.