Giménez y Rocchio han formado una hermandad alrededor del béisbol
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NUEVA YORK -- Hace unos seis meses, cuando el roster de todos los días de los Guardianes ya estaba prácticamente definido, Andrés Giménez no podía ocultar su orgullo. No por su propio rol en el equipo, sino por quien estaba a su derecha.
El venezolano Giménez ya se había ganado su puesto como segunda base titular tras una temporada del 2022 en la que fue al Juego de Estrellas y haberse ganado el Guante de Platino en el 2023. Pero su compatriota Brayan Rocchio no estaba tan establecido. Rocchio había debutado en las Grandes Ligas el año pasado, pero no se había asentado. Sin embargo, llegó al entrenamiento de primavera compitiendo por el puesto de campocorto titular, y se lo ganó con un OPS de .711 en 48 turnos en la Liga del Cactus.
Así que, por primera vez, Giménez y Rocchio sabían que estarían juntos todos los días.
“Ha sido una gran oportunidad para ambos viniendo de Venezuela y compartiendo esto”, dijo Giménez en abril. “Es especial para mí, especialmente porque él es un muchacho joven. Quiere aprender. Quiere mejorar. Para mí, es una gran oportunidad poder ayudarlo”.
Se formó una hermandad.
“Creo que hacen todo juntos. Es muy divertido”, contó el manager de los Guardianes, Stephen Vogt. “He jugado y visto a algunas combinaciones de jugadores del medio del infield, y son cercanos. Se conocen. Saben lo que están pensando. Saben dónde van a estar. Saben lo que van a hacer. Es una relación cercana”.
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Giménez tomó a Rocchio bajo su ala y lo ayudó a aprender en su primera campaña completa en las Grandes Ligas. Hubo momentos en los que el novato cometió errores. Hubo momentos en los que el bate de Rocchio estaba helado. Hubo momentos en los que conectó el hit clave y estuvo en el centro de una celebración por una victoria. En todo momento, Rocchio se apoyó en la orientación de Giménez.
“Es como mi hermano aquí en el béisbol”, aseguró Rocchio. “Me ha ayudado desde el primer día en los entrenamientos hasta ahora, enseñándome a jugar duro todos los días, incluso en los días malos, así que eso es súper especial para mí”.
Ninguno de los dos explotó ofensivamente este año. Aun así, se mantuvieron en la alineación. Giménez suele compensar su bate con su guante, por lo que, incluso cuando tiene dificultades en el plato, nunca hay duda de que estará en el lineup. Sin embargo, Rocchio es un novato, aún tratando de demostrar que pertenece. Entonces, cuando cometía algunos errores críticos en el terreno durante períodos en los que su bate se había quedado en silencio, era fácil preguntarse si sería el titular permanente en el shortstop.
Pero había una razón por la cual los Guardianes nunca se rindieron con él.
Había mucho potencial en ese guante. Cuantas más oportunidades tuvo Rocchio en el campocorto, más empezó a corregir los detalles. Es un guante que (junto con el de Giménez) salvó al equipo en varias ocasiones durante la Serie Divisional de la L.A., lo que aseguró que los Guardianes llegaran a su primera Serie de Campeonato desde 2016.
“Bromeamos sobre hacer que la pelota vaya para donde están los venezolanos”, dijo el bateador designado de Cleveland, David Fry, con una sonrisa. “Queremos que la pelota vaya a Rocchio y Giménez”.
Pero Rocchio también era conocido por su bate cuando fue uno de los principales prospectos del equipo. Solo necesitaban darle el tiempo suficiente para demostrar que eso podía traducirse a las Grandes Ligas. Y esperó hasta la SDLA para mostrarlo.
El campocorto de 23 años ha conectado al menos un hit en cada uno de los primeros cinco juegos de los playoffs. Se fue de 16-6 (.375) con dos dobles, una carrera impulsada y dos bases por bolas cuando Cleveland más necesitaba ofensiva.
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“Está mostrando en la postemporada de lo que es capaz”, comentó Giménez. “Así que estoy muy feliz por él”.
Solo Steven Kwan dio más hits (11) que Rocchio en la SDLA. Lane Thomas también pegó seis hits. Los demás lo miraban desde abajo.
Esta vez, fue Rocchio quien dio el ejemplo. Mientras Giménez observaba cómo su compañero del medio del terreno se acomodaba en el plato, lo siguió con una tarde de 4-2 en el decisivo Juego 5 del sábado. Ahora, ambos están entrando en calor justo a tiempo para la SCLA.
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“En los primeros cuatro juegos, traté de hacer un poco más de lo que puedo hacer en el terreno”, explicó Giménez. “El Juego 5 fue solo intentar ser yo mismo, intentar estar tranquilo en el plato y conseguir un buen lanzamiento para batear”.
El vínculo entre compañeros del medio del terreno siempre es especial, pero tanto Giménez como Rocchio admitieron que esto es diferente. Es como una relación de hermano mayor y hermano menor. Y solo se está fortaleciendo a medida que avanza octubre.
“A veces me enojo con él. A veces él se enoja conmigo”, bromeó Giménez. “Pero al final del día, solo queremos impulsarnos y motivarnos mutuamente. ... Para mí, es algo muy especial”.