Argumentos a favor de Lindor (JMV) y Mendoza (manager) en los premios
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NUEVA YORK -- A principios de esta semana, la Asociación de Escritores de Béisbol de Norteamérica (BBWAA, por sus siglas en inglés) anunció a los tres finalistas para cada uno de sus premios principales: Jugador Más Valioso (JMV), Cy Young, Novato del Año y Manager del Año en cada liga. Sin sorpresa, los Mets cuentan con dos candidatos: El puertorriqueño Francisco Lindor para JMV de la Liga Nacional, más el venezolano Carlos Mendoza como Manager del Año en dicho circuito.
Ninguno de los dos la tendrá fácil para ganar, considerando que Lindor compite contra la histórica temporada de Shohei Ohtani y Mendoza se enfrenta al presunto favorito, Pat Murphy de los Cerveceros. Sin embargo, ambos merecen reconocimiento. Mendoza, en particular, tiene una auténticas posibilidades de recibir votos al primer lugar por haber guiado a los Mets a los playoffs.
La BBWAA anunciará a los ganadores de lunes a jueves de la próxima semana, a las 6 p.m. ET cada noche por MLB Network. Los resultados para Manager del Año se darán a conocer el martes, seguidos de los resultados del JMV el jueves.
Los argumentos de Lindor
El argumento a favor de Lindor es simple: Fue, por amplio margen, el mejor jugador de posición de la Liga Nacional.
Ohtani es, con razón, el favorito al JMV debido a sus logros históricos al bate. Pero la estrella de los Dodgers nunca pisó el terreno de juego con un guante en la mano, y ahí es donde Lindor realmente brilló. Además de acumular más WAR ofensivo que cualquier otro jugador de la Liga Nacional, aparte de Ohtani, Lindor se destacó como uno de los mejores campocortos del deporte en cuanto a la defensa se refiere, ocupando el segundo lugar, sólo detrás de Dansby Swanson de los Cachorros, con 16 Outs Por Encima Del Promedio en la posición.
Ofensivamente, Lindor estuvo a una almohadilla de lograr su segunda temporada consecutiva con 30 jonrones y 30 bases robadas, terminando con 33 cuadrangulares y 29 estafadas. Además, fue un modelo de consistencia, participando en todos los partidos de los Mets antes de lesionarse la espalda a mediados de septiembre.
A lo largo de la temporada, Lindor se consolidó aun más como líder, destacándose especialmente al convocar una reunión sólo para jugadores que, según sus compañeros, fue clave para el dramático giro de rumbo del equipo y su ascenso en las clasificaciones. Lindor fue pieza fundamental en ese éxito, dejando atrás un inicio lento para batear .309/.377/.566 desde el 21 de mayo hasta el final de la campaña. No conectó 54 vuelacercas ni robó 59 bases como su principal rival al JMV, pero logró algunas cosas que ni siquiera Ohtani pudo hacer.
En otro año, el oriundo de Caguas habría sido el claro JMV del Viejo Circuito. Como están las cosas, puede que tenga que conformarse con haber elaborado una de las mejores temporadas individuales en la historia de la franquicia, aunque sin ningún premio a nivel de liga que lo respalde.
Los argumentos de Mendoza
Imaginen a Mendoza siendo considerado candidato a Manager del Año en la novena entrada del 4 de abril, cuando los Mets estaban a tres outs de comenzar la temporada con marca de 0-6. O en las últimas horas del 29 de mayo, cuando tenían 11 juegos por debajo de .500 y, según todos los pronósticos, rumbo a vender a sus jugadores en la Fecha Límite de Cambios.
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La habilidad de Mendoza no sólo para enderezar el barco, sino para dirigirlo hacia el éxito en la postemporada, habló de todo lo que logró como mánager novato.
Cuantificar los aportes de un dirigente puede ser complicado. El candidato obvio este año es Murphy, a quien, con razón, se le da mucho crédito por mantener a los Cerveceros, un equipo de mercado pequeño, en la pelea a pesar de que perdieron a sus mejores dos lanzadores, Corbin Burnes y Brandon Woodruff.
Pero, ¿por qué exactamente Murphy sería un mejor candidato que Mendoza, quien también merece reconocimiento por la forma en que manejó varias crisis? Aquella fatídica noche del 29 de mayo, Mendoza y el presidente de operaciones de béisbol del equipo, David Stearns, actuaron rápidamente al designar para asignación al relevista boricua Jorge López casi de inmediato, después de que éste lanzara su guante a las gradas del Citi Field. Mendoza, además, permitió que sus jugadores tuvieran el espacio necesario para realizar una reunión sin su intervención.
Mendoza fue práctico cuando la situación lo requería y supo mantenerse al margen cuando era lo adecuado. En el terreno, acogió el uso de la analítica avanzada pero no dudó en guiarse por su instinto, como lo hizo al desafiar las normas establecidas en varias victorias importantes de abril. Y, al final, ganó, llevando a los Mets a los playoffs, a pesar de los muchos momentos en los que parecía poco probable que lo lograran.
El desempeño de Mendoza en octubre no influirá en su candidatura a Manager del Año, ya que todos los votos se enviaron antes de la postemporada. Pero no necesita esas ocho victorias adicionales para reforzar sus argumentos; su excelencia de abril a septiembre fue más que suficiente.