Wilson Álvarez, un inmortal del Caribe que aporta su experiencia
Caracas.- Wilson Álvarez se dio a conocer en el béisbol de Grandes Ligas en apenas su segunda apertura, luego de lanzar un no hitter con los Medias Blancas de Chicago ante los Orioles de Baltimore, de Cal Ripken Jr., el 11 de agosto de 1991.
Ese mismo año, en su quinta campaña en la pelota venezolana, en la que debutó con 16 años en 1986, tuvo una zafra inolvidable al culminar invicto desde el día inaugural hasta la Serie del Caribe, dejando marca combinada de 13-0, con 1.33 de efectividad y 112 ponches en 128.2 innings ese año con Águilas del Zulia.
“Gracias a Dios me fue bien. No lo puedo negar. Me fue bastante bien”, dijo el actual coach de pitcheo de Leones del Caracas, de 52 años. “Tenía la emoción de que venía de Grandes Ligas. Quería que mi familia me viera, que el público zuliano, que desde las Pequeñas Ligas me ha apoyado, me viera pitchear, y aparte de eso tenía un equipo que me respaldaba defensiva y ofensivamente Era un equipo que me inspiraba confianza para poder pitchear”.
En ese momento, durante la Serie del Caribe de 1992 de Hermosillo, era un pitcher consagrado. Fue el lanzador del Todos Estrellas, algo que repitió en 1994 con Navegantes del Magallanes, en Puerto La Cruz.
En la edición de 2000, en Santo Domingo, se despidió con su único revés en este torneo, con el uniforme de Águilas del Zulia, con el cual debutó en este evento con 18 años alzando el trofeo en Mazatlán.
Álvarez participó como lanzador en las Series del Caribe de 1989, 1992, 1994 y 2000, dejando récord de 3-1, con un blanqueo, 2.18 de efectividad, seis boletos y 31 ponches en 33 entradas de labor. Fue campeón en 1989 y seleccionado dos veces al Todos Estrellas, lo que le valió en 2010 ser exaltado al Pabellón de la Fama de este evento.
En 2017 tuvo su primera experiencia en el torneo caribeño como técnico, con Águilas del Zulia, como coach de pitcheo de Lipso Nava, actual coach de banco de Leones del Caracas y mano derecha de José Alguacil, el piloto venezolano en la presente edición de la Gran Caracas. Como cabeza del staff, Álvarez ve una enorme diferencia a los días en los que le tocaba montarse en el montículo.
“Cuando uno está activo, uno se enfoca en hacer su trabajo, prepararse cada cinco días para poder abrir. Ahora hay que trabajar con 14 personas diferentes y hay que tener mucha paciencia para trabajar con ellos, inspirarles confianza, hacerles pensar que son los mejores del mundo”, manifestó el ex lanzador zurdo, apodado “El Intocable” en su país.
“Representar esta camisa (Venezuela) vale mucho, pesa mucho”, agregó. “Son momentos que no se pueden olvidar, como este, que por casualidaddes de la vida son los 80 años de Leones del Caracas, en Caracas, y con estadio nuevo (el Monumental Simon Bolívar, de La Rinconada)… Mejor no puede ser”.