Adolis, desde Cuba, Japón y ser dado de baja… hasta brillar como pocos

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ARLINGTON – En algunos momentos de la presente postemporada, Adolis García no ha sido el nombre más conocido entre sus compatriotas cubanos. Por ejemplo, en la Serie del Comodín de los Rangers contra los Rays, el amigo de García, Randy Arozarena, ya se había hecho famoso por sus botas de vaquero, su histórica actuación en playoffs/Serie Mundial del 2020 y, este año, su brillante protagonismo en el Clásico Mundial de Béisbol con la selección de México.

En la Serie de Campeonato de la Liga Americana de Texas ante Houston, tanto Yordan Álvarez como José Abreu tenían trayectorias bien notables en buenos equipos de Grandes Ligas tras sus respectivas salidas de Cuba. Hasta en los mismos Rangers, el cubano Aroldis Chapman tiene un conocido historial a nivel de las Mayores, sonando desde hace más de una década y siendo campeón de la Serie Mundial con los Cachorros en el 2016.

¿Y Adolis? Una estrella en Texas desde hace tres años, pero en equipos nada destacados antes de este 2023.

Todo eso se acabó este mes, con García poniendo récords de más impulsadas en una serie de postemporada (15, en la SCLA vs. los Astros) y más partidos seguidos en playoffs/Serie Mundial con al menos una remolcada (seis), entre otras hazañas para el recuerdo. En total, lleva siete jonrones y 20 empujadas (récord de los Rangers en CE) en la postemporada, líder global en ambos departamentos. Ahora, en la Serie Mundial desde este viernes contra los Diamondbacks, “El Bombi” buscará más.

“Cuando yo llegué aquí, gracias a Dios tuve buenos números”, dijo García al reflexionar sobre su trayectoria hasta ahora en las Grandes Ligas. “Siempre jugué buen béisbol, siempre tuve buenos resultados. Eso es lo que me mantenía firme. Siempre tuve eso por dentro, que yo podía hacerlo en cualquier situación, en cualquier liga”.

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García ha pasado por muchos circuitos. Para mediados de la década pasada, era uno de los mejores jugadores de la Serie Nacional de Cuba con Ciego de Ávila, siendo el Jugador Más Valioso del torneo en el 2014-15. En el 2016, representó dicho equipo en la Serie del Caribe de Santo Domingo, antes de probar suerte en Japón. Tras un trecho de 28 partidos en liga menor del país asiático y cuatro juegos con el equipo grande de los Gigantes de Yomiuri, García decidió que el béisbol de Japón no era para él y decidió desertar de Cuba de una vez por todas.

“Primero que todo, fue una experiencia muy bonita”, dijo García sobre esa etapa de su carrera. “Me gustó mucho visitar Japón y jugar allá. Creo que en ese momento, ya yo desde Cuba pensaba jugar en Grandes Ligas. Creo que era uno de los sueños que tenía. Así fue como lo decidí”.

Su trayectoria en el béisbol de los Estados Unidos tampoco fue fácil al principio. Firmado por los Cardenales en el 2017 – donde forjó de verdad su amistad con Arozarena – García fue cambiado a los Rangers al final del 2019. El camino en Texas también tuvo sus obstáculos. En la primavera del 2021, el toletero fue designado para asignación, no fue reclamado en waivers y empezó la temporada en liga menor. Pero una vez volvió a subir al equipo grande, brilló hasta el punto de ser convocado al Juego de Estrellas de aquel 2021 en Denver. Otra convocación al Clásico de Media Temporada del 2023 en Seattle, en medio de una campaña de 39 cuadrangulares, 107 impulsadas y OPS de .836, lo solidificó como figura clave en el fuerte ataque ofensivo de Texas.

Ahora, tras ser nombrado Jugado Más Valioso de la SCLA – el quinto cubano en ganar dicho galardón de una Serie de Campeonato – García está a ley de una carrera empujada de empatar la marca de todos los tiempos para una postemporada, en manos de David Freese (2011 en los Cardenales, que derrotaron a los Rangers en aquella Serie Mundial).

“Creo que no se puede negar que octubre es diferente en todos los sentidos”, expresó García – cuyo padre también se hizo un nombre en el béisbol de Cuba y cuyo hermano Adonis fue tercera base de los Bravos tras brillar en Venezuela la década pasada. “La emoción, el público… todo es diferente. Pero, me siento bien. Gracias a Dios, he podido siempre controlar mis emociones, tratar de hacer lo que siempre hago y seguir siendo el mismo de la temporada”.

Ahora, García está lejos de la incertidumbre de desertar de Cuba, establecer residencia en la República Dominicana, tratar de “cuajar” en Grandes Ligas, ser designado para asignación dos veces y tener que luchar para establecerse en Texas. Está a ley de cuatro victorias de su equipo de ganarse un anillo de campeón. Y ya no pasa desapercibido entre las grandes figuras beisboleras de su país.

“Creo que significa mucho”, dijo García, de 30 años, al recordar el camino de los últimos años. “Yo, en lo personal, como muchos otros (que) hemos pasado por muchas cosas… salir de nuestro país, venir con un sueño, tratar de triunfar aquí. No lo pude lograr temprano en mi carrera, pero creo que no me rendí y hoy vale la pena, por todo lo que está pasando”.

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