Entre Ronald Acuña Jr. y Juan José Soto, ¿cuál merece ser el Novato del Año de la Nacional?
Los dos peloteros más jóvenes en las Grandes Ligas parecen destinados a acaparar los votos cuando, al finalizar la temporada, se cuenten las papeletas del Novato del Año en la Liga Nacional.
Ambos son patrulleros, latinoamericanos y reparten batazos de todos los tamaños. Ambos adelantaron los planes originales de sus equipos y brillan en MLB.
Juan José Soto, dominicano, nacido hace 19 años y 296 días, contados hasta mediados de esta semana, es la mejor noticia que han recibido en 2018 los Nacionales de Washington.
Ronald Acuña Jr., venezolano, nacido hace 20 años y 242 días, es la inspiración que impulsa a los Bravos de Atlanta en la carrera por los playoffs.
Ninguno tiene suficientes visitas al plato como para aparecer entre los líderes en los promedios. El quisqueyano sólo había visto acción en 77 compromisos hasta el miércoles y el llanero sumaba 69. Pero han comenzado con tal ímpetu sus carreras en las Mayores que todos hablan del impacto que generarán en los tiempos por venir.
Un trabajo de Richard Justice, publicado en LasMayores.com, reveló esta semana que son los favoritos de los potenciales votantes, de acuerdo con una encuesta realizada entre periodistas de MLB.com, que favorece al adolescente de los Nacionales.
¿Y cuál de los dos es el mejor?
Acuña llegó primero. Debutó el 25 de abril, en una temporada que en teoría debía cumplir en las Menores. Destrozó cuatro ligas en el 2017 para ganarse la distinción al Jugador del Año de Baseball America, el puesto número uno en el ranking de prospectos de MLB Pipeline y la bendición del legendario Chipper Jones, quien vaticinó en febrero todo lo que está pasando ahora.
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El nativo de La Sabana, pintoresca población pesquera en el Caribe de Venezuela--de donde también son oriundos sus parientes y ligamayoristas Kelvim Escobar, Alcides Escobar, Vicente Campos, Edwin Escobar y José Escobar--es una rara combinación de poder, defensa y velocidad, que recientemente llevó a su compatriota Ender Inciarte, ganador de dos guantes de oro, a calificarlo con palabras rimbombantes: "Es el mejor jugador que he visto en mi vida".
Acuña está refrendando con ésos y otros elogios. El martes llegó a cinco juegos consecutivos dando jonrones y alcanzó al menos cuatro récords ese día: igualó las seguidillas más largas para venezolanos y para jugadores de los Bravos, se convirtió en el segundo toletero con cuadrangulares en tres choques al hilo como primer bateador de su equipo y emuló al gran Willie Mays como los únicos que han sacado la pelota en su primer turno oficial durante cinco duelos consecutivos.
Dos fechas después, luego del polémico pelotazo en el codo que le propinó José Ureña, para enviarlo al hospital, vio rotas todas esas hileras, pero robó su novena base en 12 intentos, nada malo para quien, con 19 bambinazos, ya es el que ha dado más tablazos de vuelta completa entre sus connacionales antes de cumplir los 21 años de edad, una marca que acaba de arrebatarle al mismísimo Miguel Cabrera.
Soto llegó más tarde, el 20 de mayo, pero lo hizo con estilo, descargando un vuelacercas ante el primer lanzamiento que vio en la Gran Carpa.
El oriundo de Santo Domingo, la populosa capital de su país, también les adelantó el reloj a los Nacionales. Hace poco más de tres años era un jugador amateur, bien evaluado por MLB Pipeline y los scouts que analizaban las posibles firmas del 2 de julio del 2015. No se supone que un muchacho salido de América Latina, sin el fogueo del beisbol colegial o universitario, salte tan pronto a las Grandes Ligas.
Claro que el recluta puede adelantar la fiesta de graduación, si es capaz de enviar 14 tablazos a las gradas en tan sólo 39 cotejos en las Menores, mientras pasa de Clase-A media a Clase-A avanzada y finalmente a Doble-A, en apenas cinco semanas. Eso fue lo que él logró, sin dejar caer sus promedios.
Soto también ha hecho lo suyo, luego de hacer historia en su debut. Al paso que lleva, amenaza con compilar la mejor campaña global para un toletero que aún no termina la adolescencia, y su sorprendente capacidad para descifrar a los pitchers contrarios habla de una madurez que se consigue en un camino largo, algo difícil de creer en alguien que únicamente disputó 122 compromisos en el béisbol profesional antes de dar el salto a MLB.
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"Todos nos sorprendemos todos los días con lo que es capaz de hacer", declaró hace poco el as Max Scherzer, su compañero de escuadra.
El patrullero Harrison Bader tiene mejor WAR (ayudado por su defensa) que este par de joyas latinas, según la cuenta que hace Baseball Reference, y el versátil Brian Anderson ha jugado más que todos, con números apreciables. Además, Dereck Rodríguez, hijo del Salón de la Fama Iván Rodríguez, ha impresionado en la lomita con los Gigantes de San Francisco. Pero ninguno tiene el poder ni la espectacularidad de Acuña y Soto, características que se explican con el OPS de .918 que exhibe el primero y ese .950 con que impresiona el segundo, cifras que hacen palidecer a Bader (.764) y Anderson (.752).
El 30 de septiembre, cuando ronden las 450 visitas al plato legales, en caso de mantenerse saludables y en acción, apelarán a esas diferencias para reclamar los votos del Novato del Año.
Los periodistas deberán superar el prejuicio de elegir a un recluta sin suficientes viajes al home, con el aliciente de optar por quienes sumen más elogios, jonrones y bases alcanzadas. Según la encuesta, están dispuestos a hacerlo.
Acuña tiene la ventaja con 19 cuadrangulares por 15 de Soto (el mexicano Christian Villanueva reúne 20 con los Padres de San Diego, pero su average cayó a .235, con sólo .749 de OPS).
El dominicano domina con 54 anotadas contra 49 del venezolano, y cada vez está más cerca de Anderson, líder entre los novicios de la Nacional con 64.
Ambos caribeños acumulaban 17 dobles y 43 empujadas al escribir estas líneas. Y los promedios de Soto (.293/.416/.534) ganan en contacto y capacidad para embasarse, aunque Acuña (.287/.347/.571) domina en el apartado de la fuerza.
El suramericano tiene más velocidad, y con ello, también mejor alcance en las praderas exteriores. El quisqueyano apenas ha robado dos almohadillas en tres intentos. Pero su disciplina es mejor que la de su contrincante, con 56 bases por bolas contra 21 del llanero, y ninguno desluce con el guante.
Acuña y Soto estaban destinados a tocar las puertas de las Mayores a finales del 2018 o tal vez en el 2019. Pero cambiaron su destino para convertirse en estrellas mucho antes de lo que esperaban sus equipos.
Ahora emprenden la recta final en la disputa por el Novato del Año. Todo apunta a que uno de los dos será el ganador. ¿Pero cuál de los dos? Será una de las discusiones más apasionadas apenas termine la acción.