Una noche de "primeras veces" para los Mets
Desde el advenimiento del Wild Card en 1995, la recta final de la temporada regular no ha dejado de producir momentos inolvidables.
Para los principiantes, los Mets de Nueva York estaban prácticamente descartados de cara al receso del Juego de Estrellas. Luego de una derrota ante los Padres de San Diego el 24 de julio, se encontraban a ocho juegos del segundo Comodín de la Liga Nacional y la prensa neoyorquina contaban los últimos días de Noah Syndergaard y Zack Wheeler con la novena de Queens al acercarse la fecha límite de cambios.
Desde entonces, los Mets tienen 14 victorias en sus últimos 15 partidos, ofreciendo una boconada de aire fresco una fanaticada que tal vez había perdido la fe.
Lo que se vivió el viernes por la noche en el Citi Field pudo servir como ejemplo de por qué podrían conseguir su boleto a los playoffs por la manera en la cual ganaron su séptimo partido en fila.
La noche estuvo llena de “primeras veces” contra los Nacionales de Washington.
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Por ejemplo, fue la primera apertura en la casa del pitcher de ascendencia puertorriqueña, Marcus Stroman, quien preparó la mesa con nueve ponches.
El conjunto selló su noche mágica al anotar cuatro carreras en la novena entrada para dejar tendido a los Nats, ganando un partido en el que perdían por al menos tres carreras o más en la novena entrada o más tarde, algo que no habían logrado desde el 13 de septiembre del 2015.
De hecho, Nueva York no había ganado un juego este año en el que estaba por abajo en el marcador luego de ocho entradas, mejorando esa foja a 1-44.
Haciendo un inciso, Dominic Smith, quien ha estado en la lista de lesionados debido a una lesión en el pie, se convirtió en el primer jugador en celebrar un walk-off con la asistencia de una patineta tipo médica.
¿Qué más podemos esperar de estos Mets?