La bola que perteneció a Roy y que se conserva en el HOF marcada por 'Mo' tendrá a partir del domingo aun más significado

Cuando en enero del 2019 Mariano Rivera fue elegido de manera unánime para entrar al Salón de la Fama del béisbol de las Mayores, no sólo se estaba haciendo historia, sino que se estaba haciendo justicia. El mejor cerrador de todos los tiempos merecía estar por derecho propio en el recinto de los inmortales, y que el 100% de los votantes lo haya considerado así, representa un reconocimiento a su carrera deportiva, pero también a la humildad y el respeto que siempre mostró el lanzador panameño dentro y fuera del terreno.

Por esa razón, el 2019 ha sido para “Mo” uno de emociones constantes. Desde la llamada con la esperada confirmación, hasta los mensajes de aliento y felicitación que le han hecho llegar amigos y colegas, celebridades del deporte y la cultura mundial, desde el exfutbolista brasileño Pelé hasta la banda de rock Metallica, autores de la famosa "Enter Sandman" con la cual Mariano entraba al terreno desde el bullpen.

Pero las historias sobre Mariano, ahora que se acerca el 21 de julio, día de la exaltación oficial en Cooperstown, nunca dejan de sorprendernos. Este miércoles el escritor sobre béisbol para el New York Times, Tyler Kepner ha publicado un tuit donde podemos observar una bola que pertenecía al fallecido Roy Halladay y que muestra la marca de los dedos de Mariano, de cuando este le enseñaba al entonces lanzador de los Azulejos cómo agarrar mejor su recta cortada, durante el descanso del 2008 por el Juego de las Estrellas.

Y también pudimos recopilar el momento en video, gracias al analista de pitcheo Rob Friedman, quien compartió en dicha red social el pasado año esta joyita del intercambio entre Mariano, Halladay y Scott Kazmir.

Ese era Mariano. Un humilde muchacho de Puerto Caimito a quien sólo le importaba compartir su conocimiento y sus habilidades con los demás lanzadores, sin importar a cuál equipo pertenecieran.

Y por eso el próximo domingo su nombre pasará para siempre a la inmortalidad. Al igual que el de su entonces rival de división.