Con el tiempo menos corredores retaban a Vladimir Guerrero

Cada jugador que ha sido exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown posee de una cinta memorable resaltando sus mejores momentos, ya sea en la lomita, la caja de bateo o el terreno de juego.

El dominicano Vladimir Guerrero fue desarrollando su video clip desde la noche en que debutó, el 19 de septiembre de 1996, cuando conectó el primero de los 449 jonrones que conectaría a lo largo de una carrera de 16 años.

Guerrero, quien este domingo celebra su cumpleaños 45, sin duda fue mostrando que no iba ser un “caballito que sabe solo un truquito” por la manera en la que se desenvolvía en la parte defensiva del juego.

Tal vez no exista una jugada que defina el gran brazo que mostró desde los jardines durante su tiempo en Grandes Ligas, como el tiro que hizo en el Shea Stadium el 7 de mayo del 2003, durante su última temporada con los Expos de Montreal.

Con el partido empatado en la baja del octavo episodio y Pedro Martínez, un futuro miembro de Cooperstown en la lomita, el puertorriqueño Carlos Baerga disparó un misil hacia el jardín derecho para que anotara el venezolano Edgardo Alfonso y darles la ventaja a los Mets.

Detrás de este venía corriendo el receptor, Todd Hundley, quien en su derecho no era considerado un corredor veloz. Buscando colocar otra rayita en la pizarra, el coach de la tercera base, el cubano Cookie Rojas, dio luz verde y envió a Hundley al plato, produciendo uno de los momentos impactantes de la carrera de Guerrero, quien soltó un tiro hacia el plato de un “bounce” para sacarlo de out.

A lo mejor Rojas no estaba al tanto de que Guerrero había encabezado a los jardineros de la Liga Nacional en asistencias las dos anteriores temporadas. Sin dudas eso contribuyó a que después de esa noche no lo volviera a retar.

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